Pere Barri Soldevila, coordinador de la Sección Quirúrgica y responsable de la Unidad de Endometriosis de Dexeus Mujer, Departamento de Obstetricia, Ginecología y Reproducción del Hospital Universitario Dexeus, ha aplicado, por primera vez en España, según informa, una nueva tecnología quirúrgica menos agresiva y más precisa para la cirugía de endometriosis profunda. "La cirugía de este tipo de endometriosis es uno de los mayores retos quirúrgicos de la ginecología, ya que a menudo están afectados órganos del sistema digestivo, urinario o incluso nervioso, y cuando afecta a los ovarios puede disminuir su función reproductiva. Sin embargo, esta tecnología permite ser mucho más respetuoso con el ovario sano, que es clave en estos casos, ya que la mayoría de las afectadas son mujeres menores de 40 años", explica Pere Barri.
La nueva tecnología se denomina PlasmaJet, y ha demostrado ser más segura y versátil que el láser y otras tecnologías electroquirúrgicas, además de garantizar una tasa más baja de recurrencias. Consiste en la aplicación de un tipo de gas inerte comprimido que se puede utilizar para realizar diferentes funciones (cortar, disecar, vaporizar y coagular tejidos), y que permite eliminar los tejidos patológicos reduciendo al mínimo el daño sobre los sanos, lo que disminuye los riesgos y permite una mejor preservación de la función de los órganos tratados.
Otra ventaja es que la dispersión térmica es mínima y controlada, lo que reduce el riesgo de complicaciones, y permite al cirujano adquirir mayor confianza para extirpar los tejidos patológicos en su totalidad. Este es un objetivo crucial para disminuir las recidivas en cirugías de endometriosis profunda, que pueden alcanzar el 30 por ciento de los casos. "Sin embargo, en centros de referencia como el nuestro, ese porcentaje desciende a valores inferiores al 5 por ciento", explica Barri. "Este hecho se debe a la dedicación específica a esta patología, que garantiza un mejor diagnóstico, un tratamiento personalizado y un mejor control de dolor y preservación de la fertilidad".
"En nuestra Unidad atendemos cerca de 2.000 visitas anuales relacionadas con la endometriosis, pero en los últimos cinco años solo hemos intervenido a 700 pacientes, es decir un 30 por ciento del total. Este dato demuestra que solo se opera cuando es estrictamente necesario. El seguimiento, junto con los tratamientos médicos de mantenimiento, nos permiten preservar la fertilidad futura de estas pacientes y ser muy conservadores en la indicación de tratamientos invasivos", apunta Barri.
Entre un 30 y un 50 por ciento de las mujeres con endometriosis tienen problemas de fertilidad, una cifra que aumenta con el retraso de la edad de la maternidad. Por este motivo, es fundamental diagnosticar cuanto antes la enfermedad y, en el caso de que las pacientes deseen ser madres, o no descarten esa posibilidad en un futuro, ofrecerles asesoramiento reproductivo. El problema es que realizar el diagnóstico no siempre es fácil, porque a veces no presenta síntomas y muchas mujeres asocian el dolor que provoca al síndrome premenstrual o a la menstruación. Por lo que a menudo pasa desapercibida o se diagnostica tarde: la media es de siete a ocho años. Otro problema añadido es la falta de especialistas que conozcan esta patología y de Unidades especializadas, a pesar de que afecta a un 10 por ciento de la población femenina en edad fértil.