De acuerdo con los últimos datos de la encuesta continua de hogares (2017) del INE (Instituto Nacional de Estadística), los hogares monoparentales (un adulto con hijos) representan un 10% del total de familias, y, de estas, el 83% son mujeres solteras con sus hijos. Una cifra que confirma que la opción de ser madre soltera por elección es cada vez más habitual. "Tradicionalmente la maternidad o paternidad era un proyecto de pareja, pero hay futuras madres que tienen un deseo personal de maternidad y deciden que será un proyecto individual", explica la antropóloga Rosa Frasquet, que está haciendo la tesis doctoral sobre la maternidad en solitario por elección. A menudo se cree que el perfil de las madres solteras es el de una mujer que se acerca a los cuarenta y no ha tenido suerte con la pareja, pero también hay mujeres que no quieren vincularse a la pareja como padre o madre de los posibles hijos, o tienen parejas que no quieren ser padres o madres. Hay mujeres heterosexuales, homosexuales, otros que tienen hijos después de separarse...Y ya hay mujeres que empiezan directamente planteándose que quieren ser madres, una decisión que no vinculan con el hecho de tener pareja o no. "Se está convirtiendo en una vía más", asegura Frasquet. Se trata de elegir ser madre porque quieres serlo y no dejar de hacerlo por no tener pareja. A pesar de que la mayoría de familias monoparentales electivas están encabezadas por mujeres, también hay hombres que toman esta decisión.
ELECCIÓN CONSCIENTE
Esther (42) siempre ha tenido claro que quiere ser madre, aunque cuando se acercaba a los cuarenta empezaba a dudar si lo seria: "Veía que no tenía la pareja ideal para serlo, puesto que mi compañero no quería tener hijos. A medida que te haces mayor la biología te va en contra, tanto por la fertilidad como por posibles complicaciones. Empiecéo a plantearme la posibilidad de hacerlo por mi cuenta, buscando información por internet y hablando con una amiga que había tenido hijos por inseminación artificial". No quería comprarse un perro para llenar la ausencia del hijo que querría tener, y después de madurar la idea pensó que por qué no. Estaba soltera y era consciente de que quizás no encontraría pareja, o sí pero la pareja no querría tener hijos. "No tiene mucho sentido estar esperando a alguien que quizás no llegará nunca". Hace 18 meses que es madre de Paula, una niña feliz y tranquila. Ella tiene clarísimo que si volviera atrás en el tiempo repetiría: "Incluso me he planteado tener otro. Creo que estaría bien para Paula. Ahora no es un buen momento pero todavía no lo he descartado del todo".
Lo que le preocupaba a Esther antes de decidirse a iniciar el proceso de inseminación era si sería capaz de asumirlo a solas a pesar de contar con el apoyo de sus padres. Y lo que más la hacía dudar era si su hijo echaría de menos un padre o le supondría un trauma la carencia de figura paterna. "La figura paterna no es indispensable. Tenemos que huir del modelo tradicional de pareja heterosexual que ha impuesto la Iglesia y que la sociedad va perpetuando", asegura Carla Ribas Bosch, psicóloga infantil y juvenil del Gabinete Psicológico Mataró. Antes se consideraba que la familia monoparental no era una familia completa debido a la ausencia del padre, pero a medida que más mujeres solteras deciden ser madre se normaliza y legitima este modelo como una opción más de maternidad, cosa que hace que haya mujeres en situaciones más diversas que eligen este camino.
LO QUE IMPORTA
Pero, ¿qué necesitan los hijos? Los niños tienen que tener cubiertas una serie de necesidades que no dependen de la cantidad de progenitores o de su sexo. Según Ribas, lo que realmente importa es que cuenten con un hogar seguro y estable, donde estén y se sientan protegidos; que tengan cubiertas las necesidades básicas (comer y dormir); que los adultos los eduquen en valores como la empatía, la perseverancia, la ética, la igualdad o la coeducación, para forjar una buena autoestima y un buen concepto de ellos mismos; que los garanticen aprecio, protección y afecto, sean amados y se sientan queridos; les dediquen tiempo para jugar, sonreír y divertirse aprendiendo cosas nuevas a diario y, sobre todo, que los escuchen. Para los niños de familias monoparentales tener sólo una madre o un padre no es nada extraño: "Tenemos que huir de los prejuicios sociales y del estigma patriarcal de la relación tradicional heterosexual. Hace falta explicarles de forma sencilla y comprensible que hay diferentes modelos de familia y que todos son válidos".
Ahora Esther reconoce que es complicado aunque tengas apoyo familiar o cuentes con canguros: "Es duro. Las decisiones las tienes que tomar tú sola, no compartes la responsabilidad, aunque sea por tonterias como por ejemplo elegir la sillita que compras. Hay momentos en que pienso que si tuviera pareja sería más sencillo". En momentos de inseguridad o dificultades, la psicóloga recomienda hacer una lista de todas tus calidades: "Recuerda los principios que te hicieron salir adelante, repasa que las necesidades de los niños estén cubiertas y, sobre todo, no dudes en recurrir a familiares o amistades, o bien a un profesional, que te puedan echar una mano".
DIVERSIDAD FAMILIAR
El modelo de familia tradicional está cambiando. En España las mujeres acceden a la monoparentalitat por elección mayoritariamente a través de la reproducción asistida o la adopción. En el centro Dexeus Mujer hace más de treinta años que funciona el programa de reproducción asistida. "Al principio teníamos pocas pacientes, pero aumentan progresivamente; cada vez hay más mujeres que buscan un banco de semen para quedarse embarazadas", asegura la responsable de la Unidad de Infertilidad, la ginecóloga Rosario Buxaderas. Casi el 50% de los 400 ciclos anuales -tratamientos con inseminación artificial e in vitro que logran el éxito- son de mujeres sin pareja. Si las mujeres no han demostrado incapacitdad para ser fértiles se pueden inseminar artificialmente, con tratamiento de hormonas o sin. A partir de los treinta y cinco, que ya no son tan jóvenes biológicamente debido a la calidad de los óvulos, tienden a recomendar tratamiento hormonal porque las tasas de embarazo son más elevadas. Para la doctora, el número de intentos y el tipo de fecundación dependen de una cuestión económica y moral: "La técnica pierde efectividad; después de tres o cuatro ciclos las probabilidades se estancan entre el 20 y el 25%. Entonces hay la opción de la fecundación in vitro, que es más cara pero tiene más posibilidades de éxito, entre el 45 y el 50%".
Elena (32) siempre ha querido ser madre. No tiene pareja y ha pensado ser madre soltera. Tiene previsto acabar el próximo curso al conservatorio y entonces ponerse. Reconoce que no había pensado nunca, que ha surgido sobre la marcha, una decisión nada difícil: "No sé si hay muchas mujeres que lo hacen o pocas, yo quiero ser madre y no me planteo mucho más". Reconoce que la flexibilidad horaria en el trabajo y un entorno familiar que dé apoyo a la mujer son dos detalles importantes que facilitan la logística: "Hace unos meses se lo dije a mis padres y están encantados de la vida. Me ayudarán". Quiere empezar con inseminación natural, sin hormonarse, con un donante anónimo. Si no sale se hormonarà, y si tampoco sale adelante hará in vitro. "Visualizo que me quedaré embarazada y confío que pasará. No me he planteado si pararé en algún momento si no funciona, si continuaré o que haré. Ya veré como va", explica tranquila. Dice que tiene ganas de tirarse a la piscina, asumir lo que se encuentre y continuar: "No tengo miedo". El hecho de que cada vez haya más madres solteras aleja el estereotipo de la mujer egoísta que no quiere vincularse a otra persona; sencillamente es una elección más, no son personas más individualistas o menos que cualquier otra que hace su vida y toma sus decisiones.
PROS Y CONTRAS
El hecho de no tener pareja es la gran ventaja y a la vez el gran inconveniente. Por un lado hay decidir por una misma, ahorrarse las complejidades de la convivencia y tener que llegar a acuerdos; de otra, la dificultad de que una persona sola se haga cargo de la crianza. Por eso las mujeres intentan tener alrededor una red que lle dé apoyo. Las madres solteras suelen ser profesionales capaces de ser autónomas.
La estabilidad es un factor determinante a la hora de tener hijos, pero en el caso de las madres solteras es especialmente importante. En países como Suecia o Francia hay una política de ayudas públicas para las madres solteras, una circunstancia que contribuye a hacer que más mujeres puedan tomar esta decisión. Aquí, la Federación de Asociaciones de Madres Solteras reclama una ley de familias monoparentales. "Somos un núcleo familiar discriminado desde hace muchos años", argumenta la periodista Rosa Maestro, autora del blog Masola. "Lo ideal sería que hubiera una ley integral de la familia, con ayudas y bonificaciones en función de las necesidades de cada familia", reclama Maestro.
El apunte
Documentales y libros para saber más
-»'Singled out', de Mariona Guiu i Ariadna Relea (2018). Documental sobre el estigma de la soltería femenina donde aparece una madre soltera por elección.
-» 'First comes love', de Nina Davenport (2013). Habla en primera persona sobre la opción de ser madre en solitario.
-» 'Single by chance, mothers by choice', de Rosanna Hertz (OUP USA, 2008).
Para hablar con naturalidad con los hijos sobre la diversidad familiar y normalizar todo tipo de familias:
-» 'Familiari', de Mar Cerdà. Pròleg de David Cirici (Editorial Comanegra, 2014).
-» 'En família. y otros parientes', d'Alexandra Maxeiner i Anke Kuh (Editorial Takatuka, 2016).
-» 'Mi familia', de Cristina Losantos i Dexeus Mujer (Editorial Estrella Polar, 2018).