Es la enfermedad ginecológica con más incidencia. Afecta al menos a un 10% de las mujeres en edad reproductiva -1,7 millones de mujeres en España- pero podrían ser más porque está infradiagnosticada. Y prácticamente no se habla. Es la endometriosis. "Al ser una enfermedad que sólo sufren las mujeres, es más oculta. Si los hombres la sufrieran, las cosas posiblemente serían diferentes ", argumenta el jefe de ginecología del Hospital Clínico y responsable de la unidad de endometriosis, Francisco Carmona. Es una enfermedad crónica en la que el tejido endometrial que recubre el útero se extiende a los ovarios, las trompas de Falopio, el intestino, la vejiga o el recto, pero también en el tórax o el pulmón, y ocasiona fenómenos inflamatorios que causan dolor -el de la regla es el más frecuente pero también en las relaciones sexuales, a la hora de ir de vientre o orinar-, dolor pélvico crónico, problemas digestivos o fatiga. El tejido desplazado produce quistes ováricos, nódulos y adherencias. En casos más graves puede causar fenómenos de sensibilización central, que hace que las mujeres "perciban dolor ante cualquier estímulo, como una simple caricia", dice Carmona.
La endometriosis no tiene cura y el tratamiento, que puede ser farmacológico (hormonas y anticonceptivos) o quirúrgico, es para aliviar los síntomas y reducir el dolor. Los médicos, sin embargo, apuestan por retrasar y reducir al máximo el número de operaciones.
Es una enfermedad "muy compleja" y los síntomas varían de una mujer a otra. "Todo lo que tiene de frecuente lo tiene de variable", dice el jefe de la Unidad de endometriosis de Salud de la Mujer Dexeus, Pere Barri. En algunas mujeres, incluso, es asintomática, y les diagnostican cuando tienen problemas para quedarse embarazadas, dado que entre el 30% y el 40% de mujeres que la padecen son estériles. Los síntomas -dolor de regla y infertilitat- han normalizado tanto social que el diagnóstico puede retrasarse hasta ocho años.
Enfermedad silenciada
También es una enfermedad silenciada por las pacientes. "Las enfermas hemos contribuido al tabú. Si tienes problemas para quedarte embarazada o dolor en las relaciones sexuales no lo cuentas ", dice Cristina Gurruchaga, presidenta de la Asociación de Afectadas por Endometriosis de Cataluña. Es una enfermedad benigna, no cancerígena, pero afecta la calidad de vida. Según un estudio, provoca una pérdida de hasta 11 horas de trabajo a la semana para mujer. Gurruchaga tiene una endometriosis profunda que le afecta diferentes órganos y le provoca dolor pélvico crónico y problemas de micción. No puede ir de viaje o hacer tareas cotidianas y ha tenido que reducir la vida social por culpa del dolor. "Es un proceso psicológico duro, te sientes como una abuela", dice.
La asociación reclama médicos de atención primaria, ginecólogos formatos y unidades especializadas para tratarla. El departamento de Salud está elaborando un protocolo para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, ya que ahora no hay circuitos de derivación ágiles y hay desconocimiento entre los profesionales. La asociación propone programas de ovodonación y de congelación de ovocitos y que las afectadas puedan tener prioridad para acceder a la fecundación in vitro para la sanidad pública. Pero el mensaje, según Barri, debe ser positivo: "Una endometriosis bien tratada permite buena calidad de vida y conservar la fertilidad".