Los datos se desprenden de un amplio estudio multicéntrico pionero en Europa, que publica este mes la revista The British Medical Journal
- Los resultados de este trabajo son decisivos en el contexto actual de la pandemia por la COVID-19, ya que demuestran que la estrategia de vitrificar el material biológico ante el confinamiento o la interrupción de un ciclo no perjudica a la tasa de embarazo, ni supone un menor número de nacimientos de niños en relación a los ciclos que se realizan en fresco.
- Se trata del primer estudio multicéntrico europeo sobre esta cuestión, que ha sido impulsado por los países nórdicos, en el que del resto de la UE solo ha participado España, y de nuestro país únicamente el centro Dexeus Mujer de Barcelona.
- Además de comprobar que la tasa de embarazo es equiparable, los autores indican que tampoco se aprecian diferencias significativas en el número final de niños nacidos en ambos grupos o la aparición de complicaciones durante la gestación, el parto o neonatales.
En los últimos años, la práctica de transferir embriones previamente congelados en tratamientos de reproducción asistida ha ido creciendo de forma progresiva, gracias a las mejoras introducidas en el laboratorio, como la vitrificación -un proceso que permite congelar material biológico de forma mucho más rápida y segura-, y la optimización de los cultivos que facilitan el desarrollo del embrión en el incubador. Sin embargo, hasta la fecha no se había podido comprobar si la transferencia de embriones previamente vitrificados puede ofrecer una tasa de embarazo equiparable a los ciclos que se realizan en fresco. Existían algunos trabajos precedentes en China y Vietnam o minoritarios en Estados Unidos, pero no se había realizado ningún estudio amplio multicéntrico en Europa.
Por ello, un grupo de investigadores de diversos hospitales y centros de reproducción asistida, públicos y privados, de Dinamarca, Suecia y España, entre los que se incluye el Dr. Nikolaos Polyzos, jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer, ha realizado un amplio estudio para comprobarlo, y los resultados han demostrado que la tasa de éxito en cuanto al número de embarazos conseguidos en ambos grupos es equiparable. Además, los autores concluyen que tampoco se aprecian diferencias significativas en el número de niños nacidos finalmente en ambos grupos o en la aparición de complicaciones durante el embarazo, el parto o neonatales.
El trabajo, bajo el título “Freeze-all versus fresh blastocyst transfer strategy during in vitro fertilisation in women with regular menstrual cycles: multicentre randomised controlled trial”, se ha publicado en la revista The British Medical Journal este mes de agosto, una de las publicaciones científicas con un mayor índice de impacto, y está disponible online.
Buenas noticias en el contexto de la COVID-19 Los resultados al comparar ambos grupos mostraron que la tasa de embarazo no ofrecía diferencias significativas siendo de 27.8% en el grupo en el que se había optado por la vitrificación vs 29.6% en las pacientes que habían realizado el ciclo en fresco. Asimismo, la tasa de niños que nacieron posteriormente fue prácticamente la misma: 27.4% para el grupo que apostó por la vitrificación, y 28.7% registrado en el grupo que realizó el ciclo en fresco.
Los resultados de este trabajo son decisivos en el contexto actual de la pandemia por la COVID-19, ya que demuestran que la estrategia de vitrificar el material biológico ante el confinamiento o la interrupción del tratamiento al que se han visto obligadas algunas pacientes, no va en detrimento del éxito de los tratamientos de reproducción que utilizan este material y realizan la transferencia del embrión en diferido.
En cuanto al riesgo de complicaciones durante el embarazo, el parto o neonatales tampoco se observaron diferencias, como ya hemos mencionado, aunque sí se apreció un ligero mayor peso de los bebés al nacer y una mayor duración de la gestación en el grupo en que se apostó por la vitrificación, y un mayor riesgo de nacimientos prematuros en el grupo que hizo el tratamiento en fresco.
Inicialmente, la apuesta por el uso de embriones previamente vitrificados se basaba en la observación clínica de que esta estrategia permitía reducir el riesgo de desarrollar el síndrome de hiperestimulación ovárica en mujeres que mostraban una alta respuesta o tenían ovarios poliquísticos. Además, se cree que los niveles elevados de algunas hormonas, como el estradiol o la progesterona, que se registran tras realizar los tratamientos de estimulación, podrían reducir la receptividad del útero de cara a la implantación del embrión. De ahí también el interés de estudiar si la estrategia de vitrificar todos los embriones obtenidos puede ofrecer los mismos resultados de éxito que en fresco y, por tanto, ser aplicable de forma general a pacientes en que esté indicado realizar una Fecundación in vitro. Precisamente, el centro Dexeus Mujer fue el primero en aplicar con éxito la técnica de criopreservación en nuestro país, al lograr el nacimiento del primer bebé español procedente de un embrión previamente congelado, en el año 1987.
Estudio de referencia:
Freeze-all versus fresh blastocyst transfer strategy during in vitro fertilisation in women with regular menstrual cycles: multicentre randomised controlled trial
BMJ 2020; 370 doi https://doi.org/10.1136/bmj.m2519