Sofocos

Es el síntoma más característico de la menopausia y uno de los principales motivos de consulta. Afectan a un 70-80% de las mujeres. Por suerte, la mayoría son leves y se pueden controlar con cambios en el estilo de vida.
Sofocos
Es el síntoma más característico de la menopausia y uno de los principales motivos de consulta. Afectan a un 70-80% de las mujeres. Por suerte, la mayoría son leves y se pueden controlar con cambios en el estilo de vida.

Los sofocos son sensaciones repentinas de calor asociadas a una vasodilatación cutánea y sudoración, seguidos de un descenso de la temperatura corporal y una aceleración transitoria de la frecuencia cardiaca. La sensación se inicia en el pecho y se extiende a cuello y cara. Pueden durar de pocos segundos a varios minutos, y son más frecuentes por la noche y en situaciones de estrés. 

Se incluyen dentro de los llamados síntomas vasomotores que provoca el descenso en el nivel de estrógenos en esta etapa. Entre los síntomas vasomotores también se incluyen los sudores, palpitaciones, el insomnio, la sensación de entumecimiento o cambios en la sensibilidad, cefalea y vértigos. La causa no se ha determinado por completo, aunque se cree que los cambios hormonales provocan desajustes en el centro regulador de la temperatura corporal, el sistema vascular periférico y en la transmisión de mensajes neuroquímicos, que favorecen su aparición.  

En general la duración media es de 4,5 años tras la última menstruación, aunque en algunos casos pueden prolongarse unos años más. Por suerte, la mayoría de estos episodios son leves o moderados y solo un 20-30% requieren atención médica.

Factores desencadenantes de los sofocos

Los sofocos leves se pueden controlar con modificaciones en el estilo de vida, como seguir una dieta saludable, mantenerse fresco, hacer ejercicio regularmente, controlar el peso, dejar de fumar y evitar los desencadenantes.

Asimismo, entre los factores que aumentan el riesgo se incluyen la obesidad, la falta de ejercicio, la menopausia provocada por una intervención quirúrgica, la etnia (son más frecuentes en población de origen africano y caucásico, y menos en la de origen oriental), la predisposición genética o tener antecedentes de síndrome premenstrual.

Tratamientos para los sofocos

En el caso de que los sofocos sean severos o tengan un impacto importante en la calidad de vida, se puede recurrir diferentes alternativas terapéuticas, naturales o hormonales. El médico valorará si está indicado en cada caso.

Preguntas frecuentes

En general un 60% remiten o desparecen por completo pasados los primeros 4 -7 años desde la última regla. Pero en algunos casos pueden alargarse hasta 10 años.

Siempre que tengan un impacto negativo en nuestra calidad de vida: si nos impiden realizar nuestras actividades diarias, afectan al sueño y el descanso o al trabajo deben ser motivo de consulta. Si son muy frecuentes o severos también.

No se conoce la causa, es cierto que los hábitos alimenticios, deporte y el estrés pueden influir. Existen también factores que pueden alargar su duración, como la menopausia precoz, un bajo nivel educativo, obesidad, depresión y/o ansiedad. Pero no es posible predecir qué mujeres tendrán más o menos sofocos, su intensidad o la duración.

Los tratamientos naturales son sustancias activas de origen vegetal o animal que, para que sean efectivos, deben administrarse de forma personalizada, no sirve cualquier cantidad o presentación. Tienen un tiempo de latencia para valorar su efectividad de unos 3 meses. Entre los productos naturales estudiados se encuentran la cimicífuga racemosa, las isoflavonas, el extracto de polen, el lúpulo y la salvia. Pero siempre se deben utilizar en las dosis adecuadas y bajo prescripción facultativa.

Depende de cada caso. En general, el margen es amplio y si se empieza a tomar en el plazo de los 10 años desde el último período menstrual o antes de cumplir 60 años, los beneficios son mayores que los riesgos.