Todas nos hemos sentido cansadas alguna vez. Por ello, es posible que pensemos que es algo transitorio, a causa de un mayor estrés por una apretada agenda laboral, responsabilidades familiares (atención a los hijos, cuidado de padres mayores), problemas físicos, si tenemos dolores musculares o articulares, que atribuimos a la edad…
Sin embargo, la sensación de fatiga y de falta de energía es un síntoma temprano muy habitual de la menopausia, que puede ayudar a establecer el diagnóstico y detectar otros problemas relacionados.
Por otro lado, los estrógenos ayudan a regular otras hormonas, como la serotonina, que influye en el estado de ánimo y la energía. Cuando estos disminuyen, también lo hace la serotonina, lo que puede afectar a los niveles de energía. Si a este hecho sumamos los problemas de sueño, frecuentes en la menopausia, la disminución de la fuerza muscular y otros trastornos propios de esta etapa, es comprensible que nos falte motivación y empuje, o que nos sintamos agotadas o con un bajo tono vital.
¿La solución? Lo primero que hay que hacer es consultar a un experto en Menopausia para que valore de forma integral el estado de salud y a partir de ahí determine qué tratamiento o tratamientos pueden ayudarnos a ganar vitalidad. Cuidar la dieta, hacer ejercicios de fuerza, reorganizar la agenda y practicar alguna actividad física con regularidad son otros consejos útiles.
Tratamientos para la fatiga
Visita médica menopausia integrativa
Visita médica menopausia integrativa
Se trata de una visita que realiza un ginecólogo especialista en Ginecológica regenerativa y funcional de la mujer...
Ver másConsulta coach gratuita sobre menopausia
Consulta coach gratuita sobre menopausia
La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que merece ser vivida con vitalidad, optimismo y...
Ver másTratamiento hormonal
Tratamiento hormonal
La terapia hormonal ha demostrado ser segura y eficaz, y es la forma más efectiva para aliviar los síntomas que...
Ver másTratamientos naturales
Tratamientos naturales
Los tratamientos y terapias naturales han demostrado que pueden ser útiles para tratar algunos síntomas frecuentes en la menopausia. Además,...
Ver másPreguntas frecuentes
¿Hacer ejercicio no aumenta el cansancio?
No. Aunque hay que practicar una actividad que nos guste y hacerlo de forma moderada. Lo importante es la regularidad. Hacer ejercicio favorece la liberación de endorfinas, que contribuyen a reducir el estrés y la ansiedad, protege la salud cardiovascular y mejora el sueño. También fortalece los músculos y los huesos, y aporta vitalidad.
¿Qué actividades son las más recomendables? Y ¿con qué frecuencia se deben realizar?
Se ha de adaptar a cada persona y su forma física. También hay que tener en cuenta si ya has hecho deporte anteriormente o si no tienes costumbre. Bailar, caminar –senderismo o tipo marcha– y hacer ejercicios aeróbicos ayuda a fortalecer y mantener la fuerza ósea. El entrenamiento con pesas, también mejora el tono y la fuerza muscular. Pilates y Toga mejoran la elasticidad y aportan bienestar mental, y nadar tonifica los músculos, relaja y protege la salud cardiovascular. Unos 30 minutos cada día o al menos 60 minutos 3 veces a la semana es suficiente.
¿La terapia hormonal cómo actúa en estos casos?
La terapia hormonal puede mejorar el sueño y reducir el bajo estado de ánimo y la ansiedad, síntomas que pueden influir en los niveles de energía. También puede ayudar a mantener la fuerza muscular y ósea. Si ya estás siguiendo un tratamiento hormonal y aun así te notas muy cansada, consulta a un ginecólogo experto en menopausia.
¿Cómo influye la dieta? ¿Y qué pautas nutricionales se recomiendan?
La dieta debe adaptarse a las necesidades de cada paciente. Pero es importante que sea equilibrada y variada y que a diario incluya alimentos ricos en calcio, proteínas de calidad (legumbres, carnes magras, pescado), fruta de temporada, verduras y hortalizas, e hidratos de carbono de lenta absorción, como los cereales y el pan integral, que proporcionan energía de forma sostenida. En cuanto a las grasas: aceite de oliva virgen, frutos secos naturales, sin sal y sin tostar, y ácidos grasos omega 3 (presentes sobre todo en salmón, boquerones, sardinas…) Aunque se necesitan carbohidratos para obtener energía, comer muchos carbohidratos blancos refinados, como pan blanco, pizza y arroz blanco, puede provocar fluctuaciones energéticas, que afectan al estado de ánimo.