Dolor articular

Se calcula que a partir de los 50 años un 70% de las mujeres experimentará dolencias relacionadas con el llamado síndrome musculoesquelético de la menopausia. Estas dolencias tienen un impacto importante en la calidad de vida y en un 25% casos pueden causar discapacidad.
Dolor articular
Se calcula que a partir de los 50 años un 70% de las mujeres experimentará dolencias relacionadas con el llamado síndrome musculoesquelético de la menopausia. Estas dolencias tienen un impacto importante en la calidad de vida y en un 25% casos pueden causar discapacidad.

Los cambios hormonales que se producen en la menopausia provocan un conjunto de síntomas que son ampliamente conocidos por la mayoría de la población. Sin embargo, existe un desconocimiento sobre el llamado síndrome musculoesquelético de la menopausia, un trastorno que afecta a la salud osteoarticular y a la musculatura.

Bajo este concepto se engloban diversas dolencias, entre las que se incluyen: artralgia, debilidad muscular, pérdida de la densidad ósea y aumento del riesgo de sufrir fracturas y lesiones en ligamentos y tendones, como capsulitis, tendinitis, hombro congelado y el síndrome del túnel carpiano, entre otras. También pueden favorecer la progresión de la artritis.

Son problemas que no siempre se consultan y que se atribuyen a la edad, pero que es importante tener en cuenta para reforzar la prevención, ya que en un 40% de los casos no tienen un origen estructural. Por ello, hay que realizar chequeos de control y pruebas específicas, como la densitometría –que evalúa la densidad ósea–, y hacer un seguimiento de las pacientes durante esta etapa con el fin de identificar la susceptibilidad a sufrir algún tipo de estas dolencias, ofrecer recomendaciones de estilo de vida para reforzar la salud de los huesos y las articulaciones y, si es necesario, aplicar algún tratamiento.

Tratamientos para el dolor articular

Preguntas frecuentes

Los estrógenos cumplen funciones osteoprotectoras y antiinflamatorias, pero ahora sabemos que también actúan directamente en la estructura y función de otros tejidos musculoesqueléticos, como músculos, tendones y ligamentos. Mejoran la masa y la fuerza muscular y aumentan el contenido de colágeno de los tejidos conectivos.

Aunque no hay muchos estudios científicos respecto al síndrome osteomuscular (que es un término de uso reciente para referirse a los cambios osteomusculares), si se ha observado una mejora de la sintomatología en pacientes que realizan terapia hormonal, especialmente si se añade testosterona. Por otro lado, sabemos que la terapia hormonal en menopausia es una de las estrategias terapéuticas y preventivas de la osteoporosis.

Aunque se sabe que existe una correlación entre el desarrollo de la osteoporosis y los antecedentes familiares, al evaluar directamente la sintomatología del síndrome osteomuscular todavía desconocemos si hay una predisposición genética, aunque sabemos que la etiología es específicamente la disminución estrogénica.

El movimiento es esencial tanto para mejorar la sintomatología como la calidad de vida en general en este momento. Tener las articulaciones en movimiento mejora la rigidez, además el ejercicio de fuerza mejora la masa muscular y previene el desarrollo de osteoporosis. También la fisioterapia puede ser de ayuda. Por otro lado, el consumo de alimentos ricos en calcio (o en caso de no consumir suficiente una buena suplementación), acompañado de vitamina D y magnesio nos ayudará a tener los huesos fuertes. El magnesio también puede ser útil para mejorar la recuperación muscular.

Hasta la fecha la evidencia es controvertida: algunos estudios indican que el colágeno hidrolizado podría mejorar la osteoartritis y otros concluyen que hay poca evidencia.

Primero hay que descartar otras causas, aunque algunos estudios correlacionan la aparición del dolor lumbar bajo con esta etapa de transición. Sin embargo, en la mayoría hay mayor correlación de dolor lumbar asociado a un índice de masa corporal (IMC) elevado, relacionándolo con una cuestión mecánica.