La menopausia es un proceso biológico natural que comienza oficialmente en las mujeres tras un periodo de doce meses consecutivos sin menstruación, aunque los síntomas pueden aparecer hasta ocho años antes, durante el periodo conocido como perimenopausia.
Normalmente la perimenopausia se presenta entre los 40 y los 50 años de edad, y marca el inicio de una menor fertilidad y de otros síntomas relacionados con la progresiva pérdida de progesterona y estrógeno, entre los que se encuentra la flacidez de la piel.
Entender estos cambios y desarrollar estrategias para enfrentarlos es la forma más efectiva de mantener una piel saludable y fresca durante esta época de transición.
Causas de la aparición de flacidez durante la menopausia
Desde la entrada en la perimenopausia y especialmente durante los cinco primeros años tras la menopausia, las mujeres pierden colágeno y elastina a gran velocidad debido a los cambios hormonales que se producen en esta fase de la vida. El colágeno y la elastina son dos tipos de proteínas responsables de aportar firmeza, volumen y elasticidad. El colágeno forma una red bajo la epidermis que proporciona soporte a la piel, mientras que la elastina logra que la piel sea lo suficientemente elástica como para volver a su posición cuando se estira. El hecho de que desarrollemos más flacidez o más arrugas depende en buena parte de nuestra genética personal.
Además, este es el momento en el que empiezan a ser más visibles los efectos de la exposición de la piel a la luz solar a lo largo de la vida, lo que contribuye decisivamente a la agudización de este proceso.
Síntomas principales
Descolgamiento y doble mentón
La pérdida de firmeza en el mentón y el cuello pueden provocar la aparición de papada o flacidez en la zona. Esto termina dando como resultado un óvalo facial desdibujado y la aparición del temido descolgamiento. Estamos sin duda ante uno de los síntomas cutáneos que más preocupan a las mujeres al llegar a la mediana edad, y está directamente relacionado con la menor producción de colágeno y elastina.
Pérdida de volumen
Otro factor que contribuye al descolgamiento es la pérdida de grasa cutánea y masa ósea durante la menopausia. En conjunción con la pérdida de hidratación, esta es una de las claves que contribuyen a la pérdida visible de volumen. Un tratamiento de estética profesional muy utilizado para combatir esta pérdida de volumen son los fillers o rellenos con ácido hialurónico, que además de aportar el volumen perdido, contribuyen a hidratar la piel y a activar la generación de colágeno.
Líneas de expresión más profundas
Los dos puntos anteriores, la pérdida de firmeza y de volumen en pómulos y mentón, provocan a su vez la profundización o aparición de los surcos nasogenianos y las temidas líneas de marioneta. El rostro se vuelve más pesado en la parte inferior, perdiendo su apariencia juvenil.
Tratamientos para la flacidez
Preguntas frecuentes
¿Qué rutina de cuidado facial es más recomendable durante la menopausia y la perimenopausia?
En primer lugar, utilizar un producto de limpieza facial suave especialmente diseñado para la piel sensible que elimine la suciedad sin resecar. A continuación, utilizar una crema hidratante, preferiblemente acompañada de componentes antiarrugas tales como los retinoides y la vitamina C. Finalmente, usar un protector solar de alto espectro con un SPF superior a 30 a lo largo del día.
¿Por qué se reseca tanto la piel durante la menopausia?
La sequedad de la piel es unos de los principales problemas al que se enfrentan las mujeres en esta etapa de sus vidas. Al caer abruptamente los niveles hormonales, la renovación celular se ralentiza, la piel pierde grosor y la barrera cutánea va perdiendo su capacidad para retener agua.
¿Cómo puedo conseguir una piel más firme durante la menopausia?
Uno de los tratamientos más efectivos para luchar contra la flacidez y el descolgamiento cutáneos es la radiofrecuencia. Este procedimiento cosmético profesional calienta de forma controlada las capas más profundas de la piel, en la zona de la dermis, activando un proceso natural de reparación que estimula los fibroblastos y la formación de colágeno nuevo. Gracias a ello, se consigue un efecto de lifting que remodela el óvalo facial mejorando notablemente su apariencia. La radiofrecuencia también facilita la penetración de los productos cosméticos indicados a través de la barrera cutánea, proporcionando unos resultados óptimos.
Otra alternativa es el microneedling, que utiliza agujas muy finas para lograr efectos similares, o una combinación de ambas técnicas.
