Sudoración nocturna

Despertarse empapada en sudor, con las sábanas y la ropa húmeda es un síntoma muy común en la menopausia, que puede afectar al sueño y provocar estrés y ansiedad.
Sudoración nocturna
Despertarse empapada en sudor, con las sábanas y la ropa húmeda es un síntoma muy común en la menopausia, que puede afectar al sueño y provocar estrés y ansiedad.

La sudoración nocturna es uno de los síntomas más conocidos y comunes en la menopausia. Al igual que los sofocos, se trata de un síntoma de tipo vasomotor. En ambos casos, la fluctuación hormonal y la disminución de estrógenos provoca un cambio en la regulación de la temperatura en una parte del cerebro llamada hipotálamo, de modo que pequeños cambios en el entorno pueden desencadenar una reacción extrema. El estrés, la cafeína, las bebidas calientes, los cambios bruscos de temperatura o las situaciones embarazosas pueden actuar como desencadenantes. 

Se considera que este síntoma afecta a 3 de cada 4 mujeres en la menopausia, aunque es más frecuente que aparezcan durante el primer año tras la última regla. También pueden variar en cuanto a frecuencia y duración, de modo que algunas mujeres los padecen con regularidad, mientras que otras solo experimentan uno de vez en cuando.

Tratamientos para la sudoración nocturna

Cambiar algunos hábitos puede ayudar a mejorar los síntomas y disminuir sus efectos. Si afectan al sueño y a la calidad de vida se puede optar por un tratamiento hormonal u otras terapias complementarias.

Preguntas frecuentes

El descenso de estrógenos afecta a los mecanismos de regulación térmica. Como resultado, nuestro organismo puede interpretar que está más caliente y reacciona sudando para eliminar o combatir el aumento de la temperatura corporal.

No. Pero cambiar algunos hábitos puede ayudar a mejorar los síntomas y disminuir sus efectos, así como a favorecer el descanso nocturno y reducir la ansiedad:  evitar tóxicos (consumo de tabaco y alcohol), hacer ejercicio con regularidad y alimentarse de forma sana son algunos consejos útiles. También es recomendable regular la temperatura de la habitación, para que no sea excesivamente alta, dejar abierta alguna ventana o espacio de ventilación por la noche y utilizar ropa de cama y de dormir de algodón o fibras naturales que faciliten la transpiración.

En general son más frecuentes en el primer año tras la menopausia, pero en algunos casos pueden persistir hasta 5 años o más. De todos modos, suelen ser episodios leves y transitorios en su mayoría.

Debes cambiarte de ropa y de sábanas, darte unos minutos para relajarte y esperar a que se regule la temperatura corporal y ventilar un poco la habitación.

Sí, se ha comprobado que realizar o incrementar el ejercicio físico durante la menopausia puede ser beneficioso para la salud general y, además, puede ayudar a aliviar algunos síntomas comunes como sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor y de ánimo y también contribuye a mejorar el sueño y la calidad de vida.