Tumores benignos


El síntoma primordial de la patología mamaria es la aparición de un relieve que se nota a la palpación y que no se hallaba anteriormente.

Es un signo de probable patología, aunque la mayoría de los casos corresponderá a un proceso benigno.

En algunas ocasiones los tumores benignos de la mama son totalmente asintomáticos y son las pruebas diagnósticas las que delatan su presencia.


Una tumoración mamaria puede ser definida como nódulo, si destaca de manera independiente del tejido mamario que lo circunda, o bien como placa si lo que notamos es un engrosamiento de una zona de la mama sin poder notar con claridad los bordes.

Se deben tener en cuenta:

  • Las características del tacto (duro, blando, rugosa, etc.).
  • El tamaño.
  • Las características de la piel adyacente.
  • La localización en la mama.

Mamografía - Quiste simple

A la izquierda mamografía con nódulo con características radiológicas de benignidad. Al realizar el estudio ecográfico (derecha) se comprobó correspondía a un quiste simple.

Ante una tumoración mamaria conviene acudir al médico, que solicitará las pruebas necesarias para diagnosticar con claridad la naturaleza de la tumoración. Entre los estudios que se pueden realizar destacan:

  • La mamografía.
  • La ecografía.
  • La punción.

Esta última permite extraer el contenido de la tumoración en caso de tratarse de un quiste o bien una pequeña muestra tisular si se trata de un tumor sólido. En cualquier caso, esta prueba permite conocer la naturaleza del tumor y sobre todo orientar hacia una eventual malignidad.

Según su localización, tamaño y velocidad de crecimiento los tumores mamarios podrán producir:

  • Secreción por pezón.
  • Nódulos palpables.
  • Dolor.

El rasgo característico de estas tumoraciones es su benignidad y, por lo tanto, los tratamientos, en caso de realizarlos, serán con objetivos claramente conservadores y poco agresivos.

Mamografía - Fibroadenoma

A la izquierda mamografía con nódulo con características radiológicas de benignidad. Al realizar el estudio ecográfico (derecha) se comprobó correspondía a un fibroadenoma.

Fibroadenoma

Es el tumor benigno más frecuente de la mama. Está constituido por tejido fibroso y tejido epitelial. Suele presentarse en la juventud de la mujer. Se sabe que son tumores hormonodepedientes, es decir, responden al estímulo hormonal aunque no se conoce cuál es el mecanismo inicial que desencadena la formación del tumor. Suelen crecer de forma limitada y expansiva desplazando en su crecimiento al tejido mamario sano sin lesionarlo.

Es frecuente que sea la propia mujer la que descubre un nódulo y por ello acude al especialista. Éste, al explorarla, notará una tumoración bien delimitada, desplazable y no adherida. Solicitará una ecografía y una radiografía, que informarán de las características de benignidad del proceso como la homogeneidad, la buena definición de los bordes, etc. A continuación, se practicará una punción para estudio citológico que corroborará el diagnóstico.

La actitud terapéutica ante un fibroadenoma es, en general, expectante, es decir, tan sólo se practican controles periódicos. Tan sólo en algunas ocasiones se procede a su exéresis; éstas son:

  • Cuando crece.
  • Cuando duele.
  • Cuando hay sospecha de malignidad de alguna de las pruebas diagnósticas.
  • Bien cuando a la mujer le preocupe el tener una tumoración de estas características.

Tumor phyllodes

Es una tumoración fibroadenomatosa con una característica distribución de su estructura en forma de masas foliáceas. Es semejante al fibroadenoma, aunque de aparición más tardía y con tendencia a crecimiento mayor y rápido. Su mayor problema es la tendencia a la recidiva de un número no despreciable de casos, lo que obliga a la exéresis con un cierto margen de seguridad.

Hamartomas

Son tumores poco frecuentes que a veces adquieren tamaños importantes sin poder ser reconocidos a la exploración debido a su semejanza con el tejido mamario circundante y su blandura. Su característica principal es la de poseer todos los tejidos normales de la mama. Aparecen alrededor de los 40 años y su extirpación tan sólo es necesaria en caso de duda diagnóstica o deseo expreso de extirpación por parte de la mujer.

Lipomas

Son tumoraciones blandas, bien delimitadas, benignas, constituidas por tejido graso y muchas veces distribuidas en otras partes del organismo. No requieren extirpación salvo deseo expreso de la mujer.

Papilomas

Son tumoraciones proliferativas exofíticas situadas en el interior de los conductos galactóforos. Suelen descubrirse al detectar la paciente o el médico una secreción clara o sanguinolenta que aparece por un solo orificio del pezón. A veces esta secreción es mínima, aunque lo habitual es que sea tan evidente que la mujer se encuentra gotitas de sangre en su sujetador.

Ante la presencia de este tipo de secreción mamaria y, por lo tanto, con la sospecha de papiloma se realiza una citología del derrame y se complementa el estudio con una microductoscopia o una galactografía. La citología muestra unas características células agrupadas en racimo, mientras que en la microductoscopia o la galactografía se apreciaran zonas con oclusiones que se llaman “stops”.

El papiloma se puede presentar aislado o en escaso número, en un conducto principal, es el llamado papiloma canalicular solitario, o bien en varios conductos de mucho menos calibre, alejados del pezón y agrupado en número más o menos importante siendo la denominada papilomatosis canalicular múltiple.

Con el diagnóstico de papiloma se debe proceder al tratamiento quirúrgico. El motivo de la intervención es el confirmar la benignidad del proceso. Además se ha podido demostrar que son lesiones potencialmente malignas, es decir, con riesgo de cancerificación, aunque esta eventualidad es más frecuente en el caso de la papilomatosis múltiple que en el papiloma solitario.

Adenoma de pezón

Es una tumoración no frecuente, de características semejantes al papiloma y localizada en el pezón o en la zona inmediata retroareolar. Aparece como una tumoración blanda en esta zona con fácil sangrado por el pezón o incluso a veces erosionándolo. El adenoma de pezón es una lesión benigna, aunque, dadas sus características clínicas, debe ser extirpado para evitar el sangrado y para realizar un correcto diagnóstico diferencial con el cáncer.

Mastopatía fibroquística


Afirmar que la mastopatía fibroquística es una enfermedad es exagerado ya que nos estamos refiriendo a cambios producidos en la mama con el paso de los años y bajo un estímulo hormonal fisiológico.


El concepto de mastopatía fibroquística es sinónimo de la displasia mamaria o de la enfermedad fibroquística. Consiste en un exceso más o menos fisiológico de los componentes normales de la mama, es decir, del tejido glandular epitelial y del estroma que lo rodea.

Se acepta que trastornos hormonales locales o generales son los causantes de este proceso, aunque muchas veces es imposible encontrar la anomalía mediante pruebas de laboratorio. La paciente refiere en ocasiones la presencia de mastodinia o incluso de mastalgia severa. La exploración muestra unas mamas densas con irregularidades. Tanto la mamografía como la ecografía informarán de mamas densas con incremento del tejido fibroso y presencia de microquistes aislados.

En el seno de una mama fibroquística pueden aparecer varias formaciones quísticas de tamaño más o menos importante. La mujer puede notar la aparición de un nódulo que ha adquirido un tamaño considerable en poco tiempo. Algunas veces aparece un dolor referido en la zona tumoral. Otras veces el diagnóstico del quiste es precedido por una mamografía de control sin que su portadora lo haya notado. En cualquier caso, la mamografía detectará un nódulo de contornos bien definidos y será la ecografía mamaria la que permitirá distinguir su contenido, sólido o líquido.