Las familias numerosas son un tema recurrente en las comedias norteamericanas, ya que la convivencia “grupal” siempre da juego. ¿Quién no recuerda la serie “Con ocho basta”, o no ha visto la película “Solo en casa”? Los guionistas lo saben y repiten la fórmula. Pero aunque en la mayoría de los casos el número de hijos que se tienen suele ser una decisión personal, también hay imprevistos, como ocurre en el caso de los embarazos múltiples inesperados.
Ante la noticia, la primera reacción es de sorpresa, y la segunda, de hacer acopio de fuerzas, porque un embarazo múltiple supone un esfuerzo extra de trabajo y dedicación, así como un aumento de los gastos familiares. Y también, aunque no sea un tema de conversación, un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto.
De entrada, es más frecuente que la madre presente anemia o experimente un aumento de la tensión arterial, que puede derivar en preeclampsia, una enfermedad que pone en peligro la salud de la madre. También hay un mayor riesgo de malformaciones, abortos y pérdidas fetales, y la tasa de prematuridad es muy elevada: un 75% de los partos se producen antes de la semana 38 de gestación y un 30% antes de la 36. Asimismo, es mayor el riesgo de insuficiencia placentaria, retraso del crecimiento fetal y hemorragias post-parto, y son más frecuentes las náuseas y vómitos durante el embarazo así como la indicación de cesárea.
Si el embarazo múltiple se produce de forma espontánea, no hay nada que permita evitarlo. Hay que aumentar la frecuencia de los controles, tomar las medidas preventivas que sean necesarias y asegurarse de que el centro cuenta con una Unidad de Neonatología y profesionales expertos en embarazos y partos de alto riesgo. Pero, ¿y si podemos elegir, como ocurre en los tratamientos de reproducción asistida?
De forma natural, la incidencia de gestaciones múltiples espontáneas es de aproximadamente 1 de cada 85-90 nacimientos. Pero en los últimos 30 años se ha producido un incremento considerable de los embarazos múltiples en los países desarrollados, debido en gran parte a los tratamientos de reproducción asistida. Y, aunque ha habido un interés por reducir la incidencia, España es uno de los países que ocupa una posición destacada en el ranking, según el II Informe Europeo sobre Salud Perinatal, publicado en el 2013.
Para evitarlo, muchos países han tomado diversas medidas, como realizar tratamientos de estimulación ovárica más suaves y limitar el número de embriones que se transfieren en los ciclos de FIV/ICSI, siguiendo las recomendaciones de las sociedades científicas. Pero en el caso de la donación de ovocitos el problema ha sido menos discutido. Sin embargo, la ovodonación representa aproximadamente un 15% del total de los tratamientos de reproducción asistida que se realizan en España.
En general, el éxito de los programas de donación de ovocitos es superior al que se consigue con FIV/ICSI, ya que los óvulos que se utilizan son de mujeres jóvenes. Pero, en estos casos, las posibilidades de que se presenten complicaciones obstétricas y perinatales son aún más altas, debido, entre otras razones, a la edad avanzada que tienen la mayoría de las receptoras, al hecho de que suela ser su primer parto y a la frecuencia de las gestaciones múltiples: suponen casi el 30%, ya que en muchos casos se transfiere más de un embrión.
Por eso, los profesionales sabemos que es muy importante informar bien a la madre, madres o futuros padres que optan por la donación de óvulos y, en general, a todos los que realizan tratamientos de FIV, de los riesgos que comportan las gestaciones múltiples y de las ventajas que supone transferir un único embrión o repetir la transferencia si es necesario.
El problema es que la mayoría de las mujeres no tienen una percepción realista de esos riesgos, creen que todo el proceso de seguimiento del embarazo y el parto está muy controlado y piensan: “ante la posibilidad de quedarme embarazada de gemelos o no quedarme, opto por la opción que en teoría, ofrece más probabilidades, sean cuáles sean los riesgos”. Pero en donación de ovocitos se ha comprobado que la diferencia en la tasa de éxito en términos de gestación y de parto entre transferir uno o dos embriones es mínima: 45-47% frente a 50-55% mientras que los beneficios de reducir una gestación múltiple (o triple) y evitar así todos los problemas que se pueden derivar son más que evidentes.