Ligadura de trompas

Es posible ser madre después de una ligadura de trompas

Si te has hecho esta intervención, pero ahora has cambiado de opinión y te gustaría ser madre, ya sea por primera vez o porque has iniciado una relación o quieres aumentar la familia, puedes hacerlo.

En estos casos hay dos opciones: revertir la ligadura mediante una intervención quirúrgica u optar por una fecundación in vitroLa reversión es posible en mujeres jóvenes, pero los resultados y posibilidades de lograr el embarazo dependen de cada caso. Además, no es una operación sencilla, requiere pasar por el quirófano y la recanalización de las trompas no siempre es posible, depende de si no se han extirpado y de la técnica que se haya utilizado para lograr la esterilización.

Por ello, en general, se recomienda optar por la segunda opción, que permite lograr el embarazo sin necesidad de realizar ninguna operación sobre las trompas, sobre todo si tienes más de 35 años, cuando la fertilidad empieza a descender de forma más marcada.

Ventajas de la Fecundación in vitro

La ventaja de la FIV es que permite realizar el proceso natural de fecundación del óvulo en el laboratorio, algo que en los casos de ligadura no es posible porque esta operación impide el paso de los espermatozoides a las trompas de Falopio. Sin embargo, tanto la ovulación como los ciclos menstruales no sufren ninguna alteración. Por ello, si no tienes problemas de fertilidad y eres joven, puedes utilizar tus propios óvulos para la FIV. Pero para poder extraerlos, tienes que realizar un tratamiento de estimulación ovárica.

Posibilidad de embarazo

En general, la probabilidad de embarazo en estos casos es similar a las tasas de embarazo que habitualmente ofrece la FIV en mujeres con problemas de fertilidad, que gira alrededor del 45-60%, por lo que las expectativas son buenas. Aunque, evidentemente, también depende de la edad que tengas, de tu salud y de la calidad del semen de la pareja, si participa en el proceso.

Por ello, si has cumplido ya los 40 o tienes una baja reserva ovárica, es posible que te aconsejen recurrir a una donante. La ventaja en estos casos es que los óvulos son de muy buena calidad y, por lo tanto, la tasa de embarazo suele ser más alta.

Pruebas necesarias

Además de conocer tus antecedentes y tu historial clínico, es habitual que el médico aconseje un estudio de fertilidad para comprobar los niveles en sangre de diversas hormonas que intervienen en el proceso reproductivo, así como una exploración ginecológica y una ecografía, con el fin de valorar el útero, los ovarios, tu reserva ovárica y descartar cualquier patología ginecológica. Si tienes más de 40 años o ya los has cumplido, en nuestro centro también se solicita una mamografía.

Si tienes pareja masculina y va a participar en el tratamiento, será necesario realizar también un estudio de fertilidad para comprobar su estado de salud y la calidad del esperma.

Cuál es el proceso que hay que seguir

El proceso es el mismo que se hace en los tratamientos de FIV. Si optas por la ovodonación, no es necesario que realices el tratamiento previo de estimulación ovárica, pero sí deberás tomar una medicación hormonal para preparar el útero con el fin de facilitar la implantación del embrión. Tu ciclo se podría sincronizar con el de la donante o la transferencia del embrión se podría organizar posteriormente para adaptarse mejor a tu calendario.

Estimulación ovárica: consiste en administrar medicación hormonal para estimular el crecimiento de varios folículos y conseguir un número mayor de ovocitos de los que produce nuestro cuerpo de forma regular en cada ciclo menstrual.

Punción folicular: es una intervención muy sencilla que se hace por vía vaginal mediante una ecografía guiada y que permite extraer los ovocitos. Se realiza de forma ambulatoria, aunque bajo sedación y en quirófano, para facilitar todo el proceso. Tras la punción puedes hacer vida normal, pero es aconsejable no practicar ejercicio que requiera hacer un gran esfuerzo físico ni coger peso en exceso. Puedes ir acompañada. Asimismo, tras la punción se aconseja esperar al menos unos días antes de mantener relaciones sexuales.

Obtención del esperma de tu pareja. El día de la recogida de la muestra lo determina el médico, en función de si el tratamiento se realiza con óvulos propios o de donante y si estos están congelados o no.

Fecundación en laboratorio: consiste en inseminar los óvulos extraídos en la punción folicular con el esperma de la pareja o de un donante de semen para obtener los embriones. Se lleva a cabo mediante la FIV convencional o ICSI (microinyección intracitoplasmática), una técnica muy precisa.

Transferencia de embriones: se realiza en quirófano y puede llevarse a cabo en fresco (con óvulos o embriones que no han sido congelados o vitrificados previamente) o en diferido (es decir con embriones que han sido previamente congelados). Tras la transferencia, se recomienda realizar vida normal.

Prueba de embarazo: consiste en medir los niveles en sangre de la hormona ßHCG (gonadotropina coriónica humana) ­que nos dirá si, finalmente, el embrión ha logrado implantarse tras la transferencia y, por lo tanto, estás embarazada, o no.