Con la regla, sabemos que no sigue “reglas” exactas ni cálculos matemáticos. En teoría, viene cada 28 días, pero algunos meses se adelanta, otros se atrasa y más de una vez le da por presentarse en el peor momento: una cita, un partido, un concierto o ese fin de semana que tienes planes…
Y, ¿por qué?, te preguntarás. Pues porque el ciclo menstrual está regulado por las hormonas, y su funcionamiento puede verse alterado por diversas causas. La razón puede ser algún desajuste hormonal, pero también hay factores externos que pueden influir: una dieta inadecuada, pérdida de peso, practicar deporte de forma intensiva o situaciones de tensión emocional (estrés, depresión, ansiedad, etc.) pueden provocar alteraciones o incluso la desaparición temporal.
De todos modos, es frecuente que no sea “exacta”, ya que, aunque la duración del ciclo menstrual es de 28 días, se considera normal que dure entre 21 y 35. De hecho, solo un 30% de las mujeres tienen ciclos regulares durante la mayor parte de su vida fértil. El resto los tienen más largos (más de 35 días) o más “cortos” (menos de 21 días) y un 10% son “irregulares” o “variables”. Pero en general, en cada mujer sigue un patrón. Así que lo que tienes que hacer es estar atenta a si, dentro de “tu pauta habitual”, se produce algún cambio.
Los primeros años de reglas pueden presentarse de forma más irregular o ser más abundantes debido a la inmadurez del sistema hormonal. Pero a partir de ahí, cualquier otra irregularidad que notes: pérdidas entre un ciclo u otro, que dure más días de lo normal, que no te venga en más de un par de meses o una mayor cantidad de sangrado debes consultarlo a tu gine.
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