La donación de embriones va destinada a pacientes que precisan de ambos gametos (óvulos y espermatozoides) pero que no desean entrar en el proceso de doble donación y que, por el contrario, prefieren transferirse un embrión donado por otra pareja.
Por ley, la mujer (sea donante de ovocitos o paciente de FIV) tendrá entre 18 y 34 años y el señor (sea donante de semen o paciente de FIV) tendrá entre 18 y 50 años. El origen de los embriones puede ser el resultante de la combinación de: ovocitos de paciente o de donante y semen de paciente o de donante. Es decir, que hay 4 posibilidades.
Previo a aceptar los embriones que se quieren donar, se controlará que se cumplen los criterios de idoneidad para dicha donación. El equipo médico revisa la anamnesis personal y familiar de cada uno de los miembros, especialmente cuando se trata de pacientes de FIV puesto que, en el caso de los donantes, dicho paso ya se realizó cuando donaron sus gametos.
Además, también se solicita actualización de las serologías (VIH, VHB, VHC) si se trata de pacientes que han realizado ciclo de FIV. No es necesario en el caso de donantes puesto que ya se controla en el ciclo en que realizan la donación.
Ambos miembros deben tener el cariotipo en orden y actualmente, en la mayoría de los casos, los pacientes que donan embriones han realizado el test de portadores de enfermedades genéticas recesivas. Esto no siempre se cumple si el origen de los embriones es de una pareja que ha realizado un ciclo de FIV con sus propios gametos.
Para la asignación del embrión se intenta respetar las características fenotípicas de la paciente o pareja receptora. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los rasgos fenotípicos que expresará la descendencia no pueden controlarse.
La tasa de gestación es de aproximadamente un 50% y el tiempo de espera depende siempre de la disponibilidad de embriones donados.