Si vas a hacer un tratamiento con óvulos de donante, debes conocer ciertos datos que te pueden interesar.
Debido al aumento en la edad de la maternidad y a la inevitable disminución de la fertilidad femenina asociada a la misma, cada vez son más las mujeres que para ser madres, tienen que recurrir a la ovodonación.
Al principio puede resultar un cambio difícil de aceptar, ya que, por naturaleza, deseamos poder transmitir nuestros “genes” a la descendencia. Pero debemos pensar que habrá una parte de la genética, que se llama “epigenética”, que son los cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de determinados genes, que influirá en el desarrollo del feto, siendo diferente en cada futura madre. Piensa que esto es algo que solo tú le vas a aportar.
Además, el embrión se desarrollará en tu útero, creándose un gran vínculo entre vosotros y crecerá en tu interior, gracias a los nutrientes que le aportes. ¡Vas a sentir exactamente lo mismo que en una gestación con ovocitos propios!
En cuanto a la selección de la donante, debes estar tranquila, porque se basa en unos criterios muy estrictos, para poder asegurarte que no será portadora de ninguna enfermedad genética, que pueda transmitirse a la descendencia (dentro del panel de genes analizados).
¡Además tendrá un fenotipo lo máximo parecido al tuyo!
Debes saber que las donantes son mujeres entre los 18 y 35 años de edad, por lo que los embriones que se generen son sus óvulos tienen una tasa de aneuploidías (anomalías genéticas), mucho < que los de una mujer de mayor edad. Igualmente, en algunos casos, puede ser aconsejable realizar un estudio prenatal del feto una vez conseguido el embarazo., porque nunca podremos descartar todo tipo de anomalías. Les habremos realizado una anamnesis muy detallada y un árbol genealógico, que nos permite estudiar todos sus antecedentes y los de su familia. Habrán pasado también un exhaustivo test psicológico y se les habrá realizado una revisión ginecológica completa, con citología y ecografía transvaginal, además de una analítica general, donde se incluye un estudio de reserva ovárica, el cariotipo, el Gs y Rh, un hemograma, estudio coagulación, bioquímica y serologías.