El 14 de febrero, además de San Valentín, es el Día Europeo de la salud sexual, aunque pocas personas son conscientes. Sin embargo, vale la pena recordarlo, porque las Infecciones de transmisión sexual (ITS) siguen creciendo, y mucho, en nuestro país. Especialmente entre las menores de 25 años, pero también han aumentado en las de 30, 40 y 50 años. ¿La razón? Se infravalora el riesgo y no se toman medidas de protección.

Sin embargo, contraer una ITS y no tratarla y diagnosticarla a tiempo implica riesgos para la salud. Puede provocar alteraciones menstruales, dolores pélvicos y afectar al sistema reproductor y causar abortos o problemas de infertilidad. En el caso del Virus del Papiloma Humano (VPH) puede generar lesiones que favorezcan el desarrollo de un cáncer. «Pero la mayoría de las mujeres creen que este tema no les concierne,  ya que no conocen casos en su entorno o creen que sus amigas no se han infectado”, explica la Dra. Antonella de Ponte, ginecóloga de Dexeus Mujer. «Sin embargo, desconocen que las ITS no siempre provocan síntomas, y cuando existen no siempre son visibles. Además, las personas infectadas no lo saben, o no suelen contarlo y no siempre informan a sus parejas, sobre todo si se trata de relaciones esporádicas, lo que facilita su transmisión”, añade.

Por este motivo es importante tomar medidas preventivas y realizar chequeos de control específicos, especialmente si mantenemos relaciones de riesgo o no sabemos si nuestra pareja puede estar infectada. Si quieres informarte, consulta a tu ginecólogo/a, y si has tenido una relación de riesgo recientemente y no sabes si puedes haberte contagiado de una ITS, en nuestro centro ofrecemos un Servicio de Visita en un máximo de 24 horas.

Estas son las más frecuentes, víricas y no víricas:

ITS no víricas

Clamidia
La causa una bacteria. Es más frecuente entre las menores de 25 años. Afecta a los órganos genitales, al recto y a la garganta. A menudo es asintomática. Por ello en nuestro centro ofrecemos hacer una prueba específica a todas las jóvenes que ya tengan relaciones sexuales cuando vienen a visitarse. Si no se trata puede ocasionar problemas de salud y afectar al sistema reproductor.

Síntomas. Algunos de sus síntomas, si se presentan, son: necesidad de orinar con mayor frecuencia y sensación de ardor al hacerlo, alteración del flujo vaginal, sangrado vaginal entre los ciclos menstruales o después de la penetración vaginal, molestias o dolor durante las relaciones sexuales, dolor abdominal, dolor lumbar y fiebre.

¿Cómo se puede prevenir y tratar?  El uso correcto del preservativo es el único método que puede ayudar a reducir su transmisión. Para diagnosticarla hay que hacer una prueba específica. Se puede tratar fácilmente con antibióticos por vía oral. Si te has infectado, debes informar a tu/s pareja/s para que también realice el tratamiento.

Gonorrea
La causa una bacteria. Se transmite durante las relaciones sexuales (vaginales, anales, orales) sin protección, por contacto con las secreciones genitales, faríngeas y rectales de personas infectadas. Si no se diagnostica y se trata a tiempo puede provocar problemas de salud, ya que las bacterias pueden diseminarse por el aparato reproductor y, en algunos casos, causar la enfermedad inflamatoria pélvica en la mujer, lesiones cutáneas y dolor en las articulaciones.

Síntomas: Si aparecen, son similares a los que provoca la infección por Clamidia. Para hacer el diagnóstico es necesario hacer una prueba específica y tomar muestras de las secreciones uretral, vaginal, anal o faríngea de la persona infectada.

¿Cómo se puede prevenir y tratar? Se trata con antibióticos, por vía oral o con inyecciones. A menudo coincide con la infección por clamidias, así que en algunos casos se prescribe tratamiento para ambas.


Sífilis

La causa una bacteria. Se transmite a través de prácticas sexuales por vía vaginal, oral o anal. Si no se trata, puede provocar problemas de salud graves, como alteraciones en el sistema cardiovascular y nervioso. Un simple análisis de sangre permite saber si una persona está o no infectada.

Síntomas. Provoca lesiones en la piel y las mucosas no siempre visibles. Desde allí, la bacteria se difunde por el organismo por medio de la sangre y el sistema linfático.

¿Cómo se puede prevenir y tratar? El uso correcto del preservativo en las prácticas sexuales con penetración (vaginal, anal y oral) ayuda a prevenir su transmisión. También es importante evitar el contacto con lesiones de la piel o de las mucosas durante las relaciones sexuales. Se puede curar con tratamiento antibiótico. Para las personas alérgicas a la penicilina existen otros antibióticos disponibles.


Tricomoniasis
La causa un parásito. Afecta principalmente a la mujer. Se transmite durante las relaciones sexuales vaginales sin protección con una persona infectada, y por contacto con las secreciones genitales del pene o la vagina. También puede contagiarse al compartir juguetes sexuales.

Síntomas: Más del 50% de las personas infectadas son asintomáticas y, por tanto, no saben que están infectadas, salvo que se hagan la prueba diagnóstica.  Cuando existen síntomas, desde el contagio hasta su aparición pueden pasar de cuatro días a cinco semanas en el caso de las mujeres, y alrededor de cinco días en el caso de los hombres. Generalmente es necesario tomar una muestra de las secreciones vaginales para confirmar el diagnóstico.

¿Cómo se puede tratar? Se cura fácilmente con antibiótico oral. Si te has infectado, debes informar a tu pareja para que también se haga la prueba y reciba tratamiento.

ITS víricas

Herpes genital
La causa el virus del herpes simple o VHS. Existen varios tipos de virus del herpes simple pero sólo dos, el VHS-1 y el VHS-2, causan herpes genital. El VSH-2 es el principal causante del herpes en el área genital, aunque también puede infectar a otras partes del cuerpo —por ejemplo, la boca— durante las prácticas de sexo oral.

Síntomas:  En la mayoría de casos no provoca síntomas. Cuando existen, se presentan en forma de múltiples lesiones, como vesículas o úlceras dolorosas.

¿Cómo se puede prevenir y tratar? Actualmente no existe un tratamiento curativo para la infección del herpes genital, pero existen fármacos que pueden disminuir los síntomas, el número y la duración de los brotes repetidos. El preservativo ayuda a reducir el riesgo de transmisión.

Virus del Papiloma Humano (VPH)
Se contagia durante las relaciones sexuales con o sin penetración (vaginal, anal); a través del contacto directo por la piel. Existen aproximadamente 120 variedades diferentes, de los cuales solo alrededor de 14 se consideran de riesgo alto. Durante la vida, aunque hayamos pasado alguna de las variedades, podemos volver a infectarnos por alguna de las otras. Por ello requiere una revisión constante.

Síntomas: La infección puede pasar desapercibida porque a veces no provoca síntomas o las lesiones que produce (verrugas o condilomas) no se aprecian a simple vista por su tamaño o localización (cuello del útero, uretra, etc.). Además, pueden pasar varios meses entre el momento del contagio por el virus y la aparición de las verrugas genitales. Las verrugas también pueden aparecer en la boca, los labios o la garganta. Las lesiones verrugosas se consideran de bajo riesgo, pero las lesiones causadas por las variedades o serotipos de alto riesgo, precursoras de cáncer cervical, solo se puede detectar por citología. Algunas pacientes pueden experimentar algunos síntomas como sangrado postcoital o intermenstrual, dolor con las relaciones sexuales o dolor pélvico.

¿Cómo se puede prevenir y tratar? Para protegerte, si no sabes si tu pareja puede estar infectada, es importante usar el preservativo u otros métodos de barrera en las prácticas sexuales (vaginales, orales o anales). Sin embargo, ten presente que las zonas que no se pueden cubrir con el preservativo quedan desprotegidas (por ejemplo, el escroto o la vulva), así que es importante estar atento a posibles síntomas y hacerse controles regulares. La citología puede detectar si hay alguna alteración, pero para el diagnóstico hay que hacer una prueba específica. Las verrugas se pueden tratar para que desaparezcan, pero no hay un tratamiento para eliminar el virus. Es nuestro sistema inmunitario el que debe vencerlo.

Virus de la Inmunodeficiencia humano (VIH)
Es un virus que ataca el sistema inmunitario, debilitando las defensas y haciéndonos susceptibles a muchas infecciones. El VIH se contagia a través del intercambio de líquidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales, y también se puede transmitir de la madre al hijo durante el embarazo y el parto. No es posible infectarse mediante contactos como los besos, los abrazos y los apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, agua o alimentos. Puede transmitirse siempre que llegue una cantidad suficiente de sangre, semen o flujo vaginal. El riesgo de contagio depende de la práctica sexual. Si se produce penetración anal o vaginal sin preservativo el riesgo es alto, mientras que en las relaciones que conllevan contacto oral con los órganos genitales el riesgo de contagio es menor. Si se tiene la menstruación o lesiones en las mucosas, el riesgo aumenta. Durante un tiempo las personas no presentan infección, lo que facilita su transmisión.

Síntomas: La infección por VIH no es lo mismo que tener el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida o SIDA. El SIDA es una enfermedad que destruye el sistema inmunitario. La produce el virus VIH. El SIDA favorece la aparición de infecciones oportunistas y de otros problemas más graves de salud, como el cáncer.

¿Cómo se puede prevenir y tratar? Utilizar métodos de barrera como el preservativo reducen el riesgo de transmisión. Actualmente la infección por VIH no se puede curar, pero la terapia antirretroviral, que combina varios fármacos, reduce la presencia del VIH en la sangre e impide que se replique en el organismo. También ayuda a que el sistema inmunitario se recupere. Estos tratamientos deben seguirse durante toda la vida.