Si ya has cumplido los 40, es probable que tu educación sexual durante la infancia y la adolescencia haya sido muy básica o prácticamente nula. En cuanto a hablar con los padres de sexo, puede que ni siquiera se abordara el tema en casa. O quizás sí. Tal vez tuviste unos padres que te explicaron todo con mucha naturalidad o alguna persona de confianza que te dio información de calidad. Y seguramente, en ambos casos, ese hecho ha influido en tus relaciones con otras personas y tu forma de ver y disfrutar de la sexualidad. Por ello, la educación sexual es un tema fundamental.
En el ámbito escolar, y desde hace unos años, la sexualidad es un tema que se aborda en clase con los alumnos y alumnas. Pero a menudo se reduce a unos principios de anatomía y de cómo funciona la reproducción desde el punto de vista biológico, sin dar pie a la diversidad sexual, al tema de la masturbación, la prevención de infecciones sexuales, el uso de anticonceptivos, el placer o el consentimiento informado. Esos temas sí se hablan más abiertamente ahora en los institutos, pero a veces ya es un poco tarde, porque con el acceso a internet muchos niños de entre 8 y 13 años ya “están de vuelta de todo” o eso creen, porque han podido acceder a todo tipo de imágenes, vídeos y contenidos. El problema está en que no hay control y el porno se cuela a menudo en sus móviles o se comparte en chats. El resultado: un concepto del sexo y de la sexualidad completamente erróneo, irreal, a menudo machista, violento, sesgado e irrespetuoso con las mujeres.
Si tienes hijos, seguro que te has planteado alguna vez cómo hablar de todos estos temas con ellos. Sobre todo, si te han hecho alguna pregunta o estás preocupada por la información que circula por internet, así como por el progresivo aumento de agresiones sexuales entre menores. La conclusión está clara: todavía falta mucha educación sexual y también información de calidad para que los niños descubran la sexualidad de forma sana y respetuosa, tanto en relación con su propio cuerpo como con el de los otros u otras.
Los padres tenemos mucha responsabilidad en lograr este objetivo. La mejor forma de conseguirlo es empezar a hablar con ellos de cuestiones relacionadas con la sexualidad desde pequeños (3-6 años), con naturalidad e informando progresivamente, en función de su madurez, sus necesidades y consultas. No se trata de decir: “hoy toca”, sino de facilitarles recursos de calidad (hay muchos libros para acompañarles en el descubrimiento de su sexualidad) y estar atento por si surge la oportunidad. Por ejemplo, si vemos alguna escena en una película, escuchan un comentario o un chiste no debemos mostrarnos cohibidos ni eludir el tema si no al contrario, aprovechar para comentarlo y expresar nuestra opinión de forma abierta, para que vean que estamos dispuestos a hablar de esos temas. Además, eso hace que ganen confianza de cara a futuras conversaciones o dudas.
“Sobre los 8 años los padres tienen que haber tenido ya conversaciones anteriores sobre sexualidad con sus hijas/os”, explica Sandra García Lumbreras, responsable de la Unidad de Psicología de Dexeus Mujer. “En primer lugar, porque está demostrado que a esa edad ya han oído hablar de sexualidad por alguna vía, y también para crear un clima de confianza que se prolongue durante la adolescencia, momento en el que, si no se ha hablado antes, es difícil ganársela. Además, no se trata de hablar solo de la anatomía o de la reproducción, como en la escuela, sino también del placer y de la comunicación e interacción que conseguimos con otras personas a través de la sexualidad, partiendo siempre de una base de respeto mutuo. De ahí la importancia de hablar del deseo y del consentimiento. Y progresivamente, hay que ir adaptando el discurso a su edad “, añade Sandra García.
También es importante la forma en la que nos comportamos en el día a día. Hay que tener en cuenta que, de forma directa o indirecta, todas las personas recibimos educación sexual, en positivo o negativo. Y todas ofrecemos educación sexual, consciente o inconscientemente: cambiando una canal de la tele ante una escena incómoda, con los besos que damos en casa, las conversaciones que tenemos con otras personas, si actuamos con naturalidad cuando nos cambiamos de ropa o nos duchamos en el baño…
Recomendaciones:
- Compra libros para leer juntos. Infórmate de libros de calidad sobre sexualidad dirigidos a los niños y dedica un tiempo a hojearlos en la tienda física para poder escoger y elegir. Adelántate y así puedes tenerlos en casa para leerlos juntos cuando surja el momento.
- Atención y dedicación. Hablar con nuestros hijos sobre sexualidad requiere un tiempo, y tiempo de calidad, que permita reflexionar sobre el tema, contestar preguntas y buscar información de forma conjunta si es preciso.
- Hazlo fácil. Es importante utilizar un lenguaje que nos haga sentir cómodos a todos, aunque no sea muy técnico, para que la conversación resulte fácil y agradable.
- Consulta lo que no sepas responder. Si nos hacen alguna pregunta que no sabes muy bien cómo responder, no te sientas mal. Hay que decirles que nos informaremos para poder responderle mejor y darles una respuesta en breve posteriormente, para que vean que cumplimos con nuestra palabra y nos interesa este tema.
- Es un tema que requiere continuidad. No se trata de tener una conversación ni dos, lo importante es que se establezca una buena comunicación, para poder ir ampliando sus conocimientos a medida que vayan creciendo, y siempre con la confianza de que pueda preguntar y explicar.
- Contenidos sensibles. A partir de cierta edad es importante advertirles y hablar específicamente sobre el contenido porno que puede llegarles a través del móvil, para que no lo acaben interiorizando como algo normal. Muchas veces esta pornografía muestra agresividad y falta de respecto. Hay que aclararles que no es real y que no tienen que compartirlo.
- No hay que descuidar la parte afectiva y emocional. Es fundamental hablar de las emociones en la sexualidad, insistiendo en la importancia de disfrutar y de compartir el placer, no solo en la búsqueda del orgasmo o centrado en la penetración.
- Hay que enseñarles a cuidar, descubrir y amar su propio cuerpo. Es importante que aprendan a conocer su propio cuerpo y que tengan claro que es suyo, y que ellos deben elegir con quien quieren compartirlo, cuando y como, y nunca sentirse forzados a hacer nada que no deseen.
- Protección frente a enfermedades. Es importante hablarles de las infecciones de transmisión sexual. Al igual que hay enfermedades que afectan al sistema respiratorio o al digestivo, hay infecciones que afectan al sistema reproductivo y a los órganos genitales, y que por ello no deben descuidar la higiene y protegerse a partir del momento en el que empiecen a tener relaciones sexuales. La vacuna del virus del papiloma humano (VPH) – que ahora se pone en la escuela de forma sistemática a niños y niñas- es una buena «puerta de entrada» para que empiecen a familiarizarse con este tema.
- Mayoría de edad sanitaria. Si tienes hijas, recuerda que a partir de los 16 años pueden ir solas a la consulta de su ginecóloga/o para preguntarle cualquier duda. Facilítale contactos de médicos y centros de confianza dónde puedan orientarlas. En Dexeus Mujer contamos con una Unidad específica de ginecología de la Infancia y la Adolescencia y otra dirigida a mujeres de entre 16 y 25 años, denominada DXS Life, integrada por un equipo de ginecólogas jóvenes, para que se sientan más cómodas.
Libros que pueden ser útiles
• La regla mola, si sabes cómo funciona (también disponible en catalán) Colección Menstruita
• Tu cuerpo mola: aprende a descubrirlo Colección Menstruita
• El semen mola: pero debes saber cómo funciona Colección Menstruita
• Adolescents.cat: el nou manual (La Galera)
• Mia se hace mayor (también disponible en catalán) (Ed. Juventud)
• Bruno se hace mayor (también disponible en catalán) (Ed. Juventud)
• El tesoro de Lilith (de Anna Salvia y Carla Trepat)
Websites
Educar en igualdad
Departament d’Educació Generalitat de Catalunya:
Recursos sobre salud afectiva, sexual y reproductiva
Es importante empezar a hablar con ellos desde pequeños para que lo vean como algo natura. Gracias por el post.