“9 meses de embarazo, 9 meses de posparto”, explica la fisioterapeuta Marta Otero. Esta especialista forma parte de la Unidad de Fisioterapia de Dexeus Mujer y también del equipo de expertas que ofrece formación en los cursos de nuestra escuela de madres Mum’s cool. Esta frase resume una idea esencial: el cuerpo necesita un tiempo para recuperarse tras el parto. “El postparto no es un sprint, es una maratón”, añade.
Se trata de un proceso natural que puede durar unos cuantos meses, aunque podemos darle “un empujoncito” si ponemos de nuestra parte. ¿Cómo? Cuidándonos y siguiendo los consejos de los expertos. Por ello, si estás pensando en ser madre, deberías pedir una valoración de tu suelo pélvico antes del embarazo. Y si ya ha nacido tu bebé, hacer otra tras el parto.
La razón es que esos músculos ejercen la función de sostén de los órganos localizados en el área pélvica: la vejiga, el sistema reproductor y en especial el útero y el recto. Un buen tono de esta musculatura favorece que todos esos órganos funcionen con normalidad. Pero si el suelo pélvico se debilita algunas de las funciones que esos órganos realizan pueden verse alteradas y dar lugar a la aparición de problemas como incontinencia, laxitud y disfunciones sexuales.
En este post Marta Otero explica cómo reforzar la prevención y qué ayuda ofrece la fisioterapia para recuperar la funcionalidad de esa musculatura.
¿Cómo afecta el parto y el embarazo al suelo pélvico?
El embarazo y el parto pueden ser un factor de riesgo para el suelo pélvico, provocando por ejemplo pérdida de fuerza o tono muscular en la zona pélvica. Este hecho es consecuencia de varios factores: los cambios hormonales, que favorecen una mayor laxitud de los tejidos, o mecánicos, como la sobrecarga corporal que sufre la futura madre, sobre todo en el tercer trimestre. Además, los diferentes tipos de parto también influyen, dependiendo de si ha habido instrumentalización (fórceps, ventosa), episiotomías, cesáreas, desgarros perineales, etc. Por este motivo es importante individualizar el proceso de prevención y tratamiento.
¿Cómo se puede fortalecer?
Recomendamos realizar sesiones de prevención de suelo pélvico para conocer y entender que es y cómo trabaja, ganar en conciencia y control motor y alentar a que estén activas durante el embarazo.
Si el parto fue por cesárea, ¿el impacto siempre es menor?
Puede ser igual, menor o mayor. Hay que valorar cada caso. El aumento de peso, la distensión de los tejidos y el cambio de eje corporal pueden tener un impacto en el suelo pélvico independientemente de si el parto finalmente es vaginal o cesárea. La cesárea es una incisión quirúrgica que supone un corte transversal en la zona abdominal que atraviesa ocho capas de tejido hasta llegar al útero y que puede provocar adherencias internas y afectar a la movilidad visceral. Por ello, además de tratar la cicatriz superficialmente, es importante recuperarse bien y hacer una valoración posterior y controles de seguimiento con el especialista de suelo pélvico.
¿Cuándo se aconseja hacer la revisión posparto?
A partir de la cuarentena, cuando tu ginecólogo te lo indique. Es posible que te diga que estás perfecta o que ni te lo mencione, pero aun así recomendamos pedir una visita para que te hagan una valoración y prevenir la aparición posterior de problemas asociados, como la incontinencia de esfuerzo, que es muy común. En nuestro centro forma parte del circuito habitual del seguimiento posparto. Y si notas alguno de estos síntomas, es fundamental: sensación de apertura vaginal, congestión pélvica, dolor, sensación de peso en la parte baja del abdomen, o un bulto que sobresale en la vagina, falta de tono o contracción de la musculatura.
¿En qué consiste la visita?
El objetivo es reeducar el cuerpo para que recupere su funcionalidad anterior. Hacemos una valoración y exploración física de la musculatura y también revisamos la historia clínica de la paciente (por si ha tenido otras intervenciones quirúrgicas o ginecológicas, conocer cómo fue su parto, si se trata de un primer o segundo embarazo, etc.). Comprobamos si hay contracción o laxitud y/o dolor. Enseñamos a tomar conciencia de esa zona y ofrecemos recomendaciones de buenos hábitos posturales y ejercicios que pueden practicar en casa, previa orientación y guía por parte del especialista. También determinamos si requiere algún tratamiento.
¿Qué tipo de tratamientos se pueden aplicar?
Depende de cada caso y de si son necesarios. Los más habituales son:
El biofeedback, un ejercicio interactivo que enseña a la paciente a contraer y relajar la musculatura para ganar fuerza mediante una sonda vaginal conectada a un monitor.
La electroestimulación: provoca contracciones en la musculatura del suelo pélvico de forma pasiva, sin que la paciente haga ningún esfuerzo
El trabajo abdominal: core, hipopresivos… Siempre guiados por el fisioterapeuta.
Otras técnicas y tratamientos que aplicamos, especialmente si hay dolor, son: vibración, calor, terapia manual, masaje perineal y técnicas de relajación.
Es importante destacar que el factor emocional también influye, por lo que es un tema que hay que tener en cuenta.
¿Qué seguimiento de control hay que hacer a posteriori?
Depende de cada caso. Muchas veces no es necesario hacer un seguimiento. Lo más importante es que den tiempo a su cuerpo para que se recupere y gane tono, que sean constantes, sigan las recomendaciones y tengan presente esa musculatura en sus actividades diarias porque les va a acompañar durante toda su vida. Que sepan cómo ejercitarla, relajarla, no la fuercen, que fortalezcan otras estructuras corporales como la zona del abdomen para que haga de barrera en la gestión de esfuerzos, que mantengan buenos hábitos y una buena postura corporal, que eviten el sedentarismo…Todo ello les va a comportar además una mejora en la calidad de vida.
En nuestro centro, además, disponemos desde hace unos meses de una nueva técnica: la silla de estimulación electromagnética, que puede ser útil como ayuda complementaria para tonificar la musculatura del suelo pélvico.