Kylie Jenner y Behati Prinsloo son algunas de las celebrities que presumen de tipazo tras el parto en sus cuentas de Instagram. Mientras, el resto de las mortales suspiramos pensando: “pero ¿cómo lo hacen? Tendrá entrenador personal y una niñera las 24 h, porque lo que es yo, ¡no tengo tiempo ni de ducharme!”
Es cierto que la genética ayuda y la edad también. Pero lo normal no es estar así tras el parto. Por ello, otras madres denuncian, también a través de las redes, el silencio social que, en general, existe sobre las secuelas físicas que el embarazo y el parto dejan en el cuerpo de la mujer. La cuenta @takebackpostpartum es un ejemplo. Su impulsora afirma que decidió crearla al ver que tras el hashtag #posparto solo se anunciaban cremas antiestrías y productos para adelgazar. Su objetivo era revelarse contra ese silencio y animar a las mujeres a mostrar abiertamente que las estrías, la flacidez, las ojeras y las cicatrices también forman parte de la realidad de ser madre.
Por suerte, cada vez son más las famosas que se suman a esa causa y critican la enorme presión social que existe sobre las mujeres respecto a su aspecto físico, como la modelo Candice Swanepoel que dedicó un par de stories en las que se mostraba en bikini con este mensaje: “no estoy avergonzada de enseñar mi tripa postparto, de hecho, estoy muy orgullosa de ella. Llevé a mi hijo durante nueve meses ahí dentro, creo que me he ganado el derecho de tener un poco de tripa. ¿Es porque soy modelo? Bueno, somos gente normal también”.
Pero ni el cuerpo 10 que exhiben algunas celebrities ni las imágenes impactantes que recopila @takebackpostpartum son un ejemplo de lo que se considera más recomendable, que es dedicarse más atención y tiempo para cuidarse, tanto durante el embarazo como tras el parto, y no para presumir de físico, sino para evitar problemas y facilitar la recuperación posterior. Es cierto que no todo el mundo arranca del mismo punto de partida: es decir, tiene la misma edad, forma física o facilidad para retener líquidos, ganar o perder kilos. Pero hay unas recomendaciones generales y controles médicos regulares que es importante cumplir para detectar los posibles desajustes y poner remedio.
Y tras el parto, ¿cuánto tiempo se tarda en recuperar el peso inicial? o ¿cuál es el plan a seguir para hacerlo correctamente? Responder a esta pregunta de forma general es imposible, ya que el plan debe ser siempre personalizado y adaptarse a las circunstancias de cada caso: no es lo mismo haber tenido un parto gemelar que único, vaginal o por cesárea ni haber ganado 10 o 18 kilos durante el embarazo. Así que lo mejor es que sigas las recomendaciones de tu ginecólogo, que es quien mejor conoce tu historial y cómo ha sido tu parto y embarazo. De todos modos, en este post te ofrecemos algunos consejos útiles, siguiendo las indicaciones de nuestro equipo ginecológico y Xus Murciano, responsable de la Unidad de Nutrición de Dexeus Mujer:
- La pérdida de peso ha de ser progresiva. En general, y si se trata de un embarazo único y que ha transcurrido sin complicaciones, lo habitual es ganar de 9 a 12 kg. Tras el parto se pierden de forma inmediata entre 5 y 7 kg, que es lo que pesa el bebé, la placenta y el líquido amniótico. El resto se va perdiendo de forma progresiva durante un año, así que tómatelo con calma. Si has ganado más peso durante el embarazo o han pasado más de 6 o 9 meses tras el parto y no has perdido apenas kilos, debes consultar al médico por si existe algún desajuste metabólico.
- Tener el vientre plano tras el embarazo es imposible, al menos, de forma inmediata. Los músculos del abdomen se distienden y la piel también, así que ten paciencia. En cuanto el médico te dé permiso, podrás empezar a hacer algún ejercicio suave para tonificar esa zona. Pero ¡ni se te ocurra ponerte a hacer abdominales sin asesoramiento por un experto o ponerte tus tejanos favoritos hasta que hayan pasado como mínimo seis meses!
- Olvídate de hacer dieta. El postparto no es el momento de hacer ningún régimen estricto e hipocalórico, y menos si estamos dando el pecho a nuestro bebé. Tenemos que alimentarnos bien y de forma sana para poder ofrecerle los nutrientes que necesita (y eso no significa comer a todas horas, sino de forma equilibrada). Obviamente, ya no cuela lo de los antojos, así que olvídate de bollería industrial, pasteles, fritos y similares.
- Cuida tu alimentación: debe ser saludable, rica en fruta y verdura, variada y equilibrada. Si te cuesta organizarte, pide a un nutricionista que te ayude a confeccionar unos menús semanales que incluyan alimentos que te gusten (así, te resultará más fácil). Hidratarse también es fundamental, debes beber de 8 a 10 vasos de agua diarios.
- Ejercicio físico: no hagas nada de deporte hasta que tu ginecólogo te dé el alta en la visita del postparto. En general se recomienda esperar de 6 a 8 semanas antes de empezar con actividad física suave (para dar tiempo a que cicatricen las heridas, desaparezcan los loquios y te sientas mejor y con más energía). Recuerda que el ejercicio que elijas debe ser de bajo impacto al principio (yoga, Pilates, caminar, natación) y debes evitar aquellos que tienen un efecto negativo sobre el suelo pélvico, como el pádel o el running, hasta que hayan transcurrido unos seis meses del parto.
- Sé constante: en cuanto puedas hacer ejercicio, no te presiones ni te lances “a darlo todo en un día”. Vale más la regularidad y la constancia que la intensidad. Un truco: durante los primeros meses después de haber dado a luz aprovecha para sentirte cada vez más a gusto con tu forma física (haz natación, camina mucho, practica yoga), así cuando llegue el momento de hacer ejercicio de más intensidad te notarás mejor preparada. Muy importante: elige una actividad que te guste, sino te costará mucho más hacerle un hueco.
- No te olvides del fisioterapeuta: es fundamental una visita al fisio para que te haga una valoración inicial del estado de tu suelo pélvico y tu “core” (la zona abdominal y parte baja de la espalda, que es clave para la estabilidad). Este especialista te indicará los ejercicios que puedes hacer para tonificar la musculatura del suelo pélvico y poco a poco ir recuperando la fuerza abdominal. Se recomienda tanto si tu parto ha sido vaginal como por cesárea.
- Sal de paseo: pasada la primera semana ya puedes salir a caminar cada día con tu peque (a no ser que el pediatra no te lo aconseje). Es una manera de empezar a ponernos las pilas y no quedarnos en casa. Poco a poco verás que puedes aumentar el tiempo de paseo y la distancia. ¡No dejes de hacerlo ningún día!
Y tú ¿ya te has trazado un plan? Si tienes dudas o quieres compartir tu experiencia ¡envíanos un comentario!