Cuando en una ecografía te anuncian que vas a tener gemelos, lo primero que se te pasa por la cabeza es ¡MADRE MÍA! ¡PERO ¿CÓMO ES POSIBLE?! Pues sí, es posible, aunque no hayas realizado un tratamiento de fertilidad, ni tengas antecedentes en tu familia, ni se te haya podido ocurrir remotamente, pasa. Es lo que nos ocurrió cuando nos dijeron que “había dos”.
Los miedos del embarazo se empiezan a disipar cuando tu barriga va creciendo y creciendo hasta un punto inimaginable, un pequeño detalle del que solo te das cuenta cuando notas que la gente te mira con asombro… ¡y lástima al mismo tiempo!
Yo no voy a describir los pros y contras de tener gemelos, solo quiero aportar mi experiencia para que, si es vuestro caso, los disfrutéis desde el primer momento. Porque, aunque requieren mucha dedicación y trabajo, tiene muchas ventajas que debéis aprovechar ¡desde el primer día!, ya que el tiempo pasa mucho más rápido con gemelos. ¡Ya lo verás!
Ante todo: organización
Como si de una cadena de producción se tratase, cuando son bebés lo mejor es tenerlo todo muy bien organizado, sus horarios, y toda la ayuda externa es bienvenida.
Si has decidido darles el pecho, relájate.
No te lo impongas ni como un deber ni como algo inalcanzable. Yo tenía muy claro que quería darles el pecho, pero no quería que supusiera una odisea si tenía dolor, o grietas o no se cogían… Lo tenía tan claro que a la primera de turno ¡lo dejaba! Al final resultó tan sencillo que todo fluyó perfectamente. Eso sí, tómate el tiempo necesario con cada bebé y toda ayuda extra te vendrá fantástica, tanto si se trata de un tupper con comida para vosotros, como para un baño o cambio de pañal.
No les trates igual
Cada niño tiene su carácter y aunque para vosotros sean iguales, es imposible tratarles de la misma forma. Cada uno requiere una atención diferente según su personalidad o sus intereses. No quieras que todo lo hagan por igual, ser gemelos significa que han nacido el mismo día, no que sean dos niños iguales en todo. Mis hijas no pueden ser más diferentes entre ellas, tanto en físico como en carácter, aunque hayan sido criadas en el mismo ambiente, en el mismo momento familiar, tienen rasgos muy diferenciados que estoy convencida vienen marcados por la genética. Por ejemplo, mientras una dormía “a pierna suelta”, la otra era una fiestera y no quería dormir por las noches. Así que, le tienes que dar a cada uno la atención que merece en cada momento y situación.
Compartir es lo mejor para ellos
Ellos siempre tienen un compañero a su lado, esa relación que hay entre ellos es especial, aprenden a compartirlo todo, incluso a vosotros.
Esos momentos en los que interaccionan los dos son únicos, así que dedícales un tiempo a observarlos sin más, sin entrar en su juego y ver lo únicos y diferentes que son cada uno y cómo comparten esos momentos únicos, los dos solos. Aprovecha también esos ratos para relajarte y disfrutar con perspectiva de tus hijos.
Deja que aprendan juntos
Permíteles que se enseñen entre ellos, tienen mucho que aprender el uno del otro y eso os puede ayudar a vosotros. Si uno de ellos sabe ponerse la ropa solo y quiere ayudar a su hermano, deja que le ayude o le enseñe a hacerlo. Son momentos en los podrás observar cómo cada uno muestra su personalidad.
Eso sí, también aprenderán a compartir las travesuras, como que te vacíen la compra y descubran las natillas de chocolate ¡por primera vez! (como dice el refrán: una imagen vale más que mil palabras…).
¡Disfruta cada momento!
Aprovechad cada momento para disfrutarlo al máximo, vuestros recuerdos serán dobles y así los debéis recordar. Cuando tienes gemelos el tiempo pasa más rápido de lo normal, la rutina en la que te encuentras inmerso te lleva a vivir más rápido de lo que parece y cuando te das cuenta han pasado… ¡quince años!
Ahora las experiencias que estamos viviendo son totalmente diferentes, así que el post de “cómo lidiar con dos adolescentes” os lo escribiré más adelante, con la perspectiva –y paz interior– que da ¡haber superado esta etapa! Las que tenéis -o habéis tenido- hijos o hijas adolescentes sabéis perfectamente por qué lo digo…