Cuanto más se acerca la fecha probable del parto (FPP), más larga se hace la espera. Así que aunque te encuentres bien y estés relativamente tranquila, es posible que caigas en la tentación de poner en práctica alguna de las muchas estrategias que se aconsejan para “dar un empujoncito” al inicio de este proceso.
Algunas de las más conocidas son tener orgasmos o relaciones sexuales con más frecuencia, comer platos picantes o darse un baño con agua caliente, por ejemplo. Pero, ¿de verdad sirven para algo? y ¿son recomendables desde el punto de vista médico? Para averiguarlo, hemos consultado a la Dra. Sonia Rombaut, coordinadora de Obstetricia clínica de Dexeus Mujer. En este post desmonta algunos mitos y ofrece consejos útiles.
¿VERDAD o MITO?
Tener relaciones sexuales con más frecuencia
La relación entre las relaciones sexuales y el inicio del parto es incierto y hay pocos estudios al respecto. Existen distintas teorías que podrían apoyar esta hipótesis. Por un lado se cree que puede deberse tanto a la estimulación física de la parte inferior del útero como a la liberación de oxitocina tras el orgasmo.
Otra de las teorías esta relacionada con las prostaglandinas del líquido seminal. Las prostaglandinas son las sustancias que están principalmente relacionadas con la maduración del cuello del útero. Por ello se cree que las prostaglandinas seminales podrían ejercer cierto grado de maduración en el cuello del útero.
De todas formas, los escasos estudios que se han hecho hasta la fecha no evidencian ningún incremento en la tasa de partos o ninguna disminución en la tasa de inducciones a aquellas pacientes que mantenían relaciones en comparación a a las que no. Lo que sí se ha podido constatar que en aquellas gestaciones de bajo riesgo, mantener relaciones sexuales es seguro.
Caminar una hora cada día
Falso, aunque caminar siempre es un ejercicio saludable. Puedes hacerlo si te apetece y te encuentras en forma. Una de las hipótesis relacionadas con el incremento del ejercicio físico es más que favorezca el encajamiento del bebe en la pelvis. Los estudios no indican que sea un método para ponerte de parto, pero sí se ha visto que la movilidad favorece el propio trabajo de parto, tanto para sobrellevar las contracciones como para favorecer la evolución del parto. ¡Así que conviene estar en forma!
Hacer ejercicios con una pelota de Pilates
No lo adelanta, pero elimina tensiones y mejora el tono del suelo pélvico. Hacer ejercicios con una pelota de Pilates es muy útil durante todo el embarazo, y especialmente durante el último trimestre. Pero debes hacerlo siguiendo las indicaciones de un/a fisioterapeuta especializado o especializada en suelo pélvico y preparación al parto. Hay ejercicios específicos que ayudan a liberar tensiones en la pelvis y el canal de parto, y otros que tonifican y refuerzan la elasticidad del suelo pélvico.
Comer platos picantes
Falso. Es una creencia muy popular, pero no se ha demostrado que comer alimentos o especias picantes puedan favorecer el desarrollo del parto. Es cierto que algunas especias y alimentos picantes pueden influir en la contractilidad de la fibra muscular intestinal, pero no en la fibra muscular uterina. Lo que sí puede ocurrir es que provoquen ardor, acidez y problemas digestivos, por lo que, en general, es mejor evitarlos.
Tomar infusiones de frutos rojos y té de canela
No se ha demostrado científicamente y además hay que tener cuidado con las infusiones “naturales”. No todas las infusiones son buenas para el embarazo. La idea de que estén elaboradas con extractos de plantas naturales no quiere decir que sean inocuas. La salvia, poleo, boldo, agracejo y ruda pueden provocar contracciones uterinas y no se aconsejan ni durante el embarazo ni para adelantar la fecha de parto. En resumen, las que pueden tener ese efecto es mejor no tomarlas, ni durante el embarazo ni para adelantar la fecha del parto. En cuanto a la canela, tampoco se ha demostrado científicamente. En grandes cantidades se cree que podría provocar contracciones uterinas, pero para aromatizar algunos platos de forma puntual, no comporta riesgos.
Baños de agua caliente
El agua es una gran aliada durante los síntomas iniciales de parto. Favorecen la relajación muscular y pueden ser muy útiles para sobrellevar las contracciones. De todas formas no se ha relacionado en que tenga impacto en el inicio de parto.
¿A partir de qué fecha puede estar indicado inducir el parto?
“A partir de las 37 semanas se puede decir que un embarazo ha llegado a término, por lo que el bebé puede nacer en cualquier momento. Pero también puede retrasarse varias semanas, así que hay que tener paciencia”, explica la Dra. Rombaut. La razón es que se trata de un proceso natural que no se puede prever. La fecha probable del parto (FPP) se establece en base a la ecografía de primer trimestre que nos permite calcular exactamente de cuantas semanas estás teniendo en cuenta también el tamaño del feto. A partir de ahí, calculamos la FPP alrededor de las 40 semanas. En un primer embarazo lo habitual es que una mujer se ponga de parto entre las 40 y las 42 semanas. En función de si es una gestación de alto riesgo o bajo riesgo valoraremos los riesgos asociados y los beneficios de una eventual inducción médica. Si no existen riesgos podemos esperar a que se inicie el parto de forma espontánea.