Perder al bebé que estamos esperando es un proceso doloroso, que solo conoce y entiende realmente quien lo ha vivido. Resulta, además, doblemente difícil de aceptar, porque es una noticia que va en contra del ciclo biológico natural, y supone pasar –a menudo de forma repentina– de la ilusión a un estado de shock e incredulidad, y de la alegría y la esperanza a una situación de desolación, impotencia y rabia.
Por otro lado, a nivel legal y social, se trata de un tema complejo, del que hasta hace muy poco apenas se hablaba, y que a menudo requiere tomar decisiones que cuesta asumir. Además, al no haber nacido vivo el bebé, y no disponer de fotos o recuerdos, es como si no hubiera existido.
Sin embargo, para los padres y la familia, el niño/a es un hijo/a desde el momento de la concepción, y ha estado presente en su imaginación, sus expectativas y su proyecto de vida, por lo que la pérdida requiere la elaboración de un duelo. Por ello, y desde hace unos años, prácticamente todos los hospitales, públicos y privados, y casas de maternidad han establecido un protocolo interno específico para acompañarlos en la elaboración del duelo.
El Hospital Universitario Dexeus cuenta con equipo de atención al duelo perinatal en el que participan profesionales de Dexeus Mujer. Es un equipo multidisciplinar integrado por expertos de distintas áreas. Su labor es acoger a las familias que han de afrontar este difícil proceso y explicarles cuál es el protocolo que se sigue en estos casos, así como responder a sus dudas y acompañarlos.
“Lo primero que quieren saber es qué ha pasado y por qué, y nosotros intentamos darles respuestas, aunque a veces no es posible. Hay gestaciones que no progresan y no se sabe la razón. En otros casos a lo largo del embarazo se detectan problemas graves o incompatibles con la vida y son los padres los que deben decidir si continuar adelante con la gestación”, explica la Dra. Sonia Rombaut que, junto con la Dra. Sonia Martínez, forma parte de este Grupo de apoyo. “Seguidamente, nos preguntan qué va a pasar, y a partir de ahí les explicamos que se realiza una inducción al parto en el que el bienestar materno pasa a ser lo más importante. Por ello, siempre que sea posible, se prioriza el parto vaginal y no la cesárea, en función, eso sí, de las circunstancias de cada caso”, explica.
También se recomienda realizar un estudio genético y una autopsia tras el parto para disponer de mayor información sobre la causa que ha provocado la pérdida, ya que a veces está relacionada con alteraciones cromosómicas, con el fin de evitar que pueda volver a ocurrir en un embarazo posterior.
Otro aspecto muy importante que se recomienda a los padres es que puedan despedirse de su bebé. “Cuando lo planteamos, el 80% dice que prefiere no hacerlo. Pero después, tras meditarlo, muchos aceptan y eso es bueno, ya que se ha comprobado que forma parte del proceso de duelo y es beneficioso a nivel emocional”, explica la Dra. Rombaut. “Si el bebé es demasiado pequeño o no puede apreciarse su rostro o sus facciones, les ofrecemos sostenerlo entre los brazos unos segundos o minutos para despedirse, envuelto en una mantita o arrullo”. De hecho, pueden traer ellos mismos la mantita de su casa, si lo desean.
En el hospital también se les entrega una cajita en la que consta una impresión de la huella plantar y dactilar del bebé y una tarjeta con su nombre y apellidos. La lleva a cabo el personal de la sala de partos, que también se ocupa de preparar al bebé para que los padres puedan despedirse de él.
En cuanto al parto, hay un debate sobre si es conveniente o no que este se realice en un espacio diferente y distante al de la sala de partos. “Les explicamos que, aunque es duro, lo más seguro para ellas es estar en una sala de partos”. En principio, lo más importante es preservar la intimidad, pero “cada vez son más las mujeres que no quieren recibir un trato diferente”, explica la Dra. Rombaut. “Ellas sienten que también son mamás, y aunque su bebé no haya podido vivir, no quieren ser miradas de manera diferente”, añade.
Otro aspecto que resulta complejo abordar es el de qué va ocurrir con el bebé. En general, cuando tiene más de 26 semanas es obligado el entierro. Se puede pedir que repose en un espacio especialmente destinado a este fin. En los últimos años se han creado en muchas ciudades. A veces son espacios compartidos y para muchas parejas y mujeres el hecho de disponer de un lugar al que puedan acudir ayuda a gestionar el duelo.
En cuanto a la parte emocional, tras el parto se ofrece apoyo psicológico a través del equipo de la Unidad de Psiquiatría y Psicología clínica del Hospital. En Dexeus Mujer ofrecemos también dos visitas posteriores de seguimiento que realiza la psicóloga de nuestro centro Sandra García Lumbreras, y, si es necesario o la paciente y /o su pareja lo desea, se puede mantener el contacto durante el tiempo que se requiera.
En el video, Inés y Jean-Christophe, una pareja que han pasado por este proceso, ofrecen su testimonio:
Como en mi caso, echo de menos la opción de la conducta expectante ante un aborto retenido.
Es una opción que no se nos ofrece y puede resultar sanadora, permitiendo hacer un duelo progresivo.
Gracias
Hola Anna,
Como bien dices, si la madre se encuentra bien desde el punto de vista médico, no existe ninguna prisa en provocar un aborto cuando estamos de pocas semanas. Algunas mujeres prefieren esperar a que se produzca un aborto natural y al cabo de unos días vienen porque les cuesta sostener la situación y prefieren que les demos una solución más rápida. Lo más importante es hablar siempre con la paciente, valorar cada caso y tomar decisiones consensuadas con nuestro consejo médico.
¡Un saludo!
Hola,
Me gustaría saber si tenéis algún grupo de apoyo para las mamás que hemos sufrido algún aborto, donde podamos encontrarnos con algún psicólogo y ayudarnos a superar este momento
Desde el Hospital Universitario Dexeus existe un grupo de soporte, formado por matronas, enfermeras, psiquiatras… para poder trabajar juntos para el apoyo a la familia. En Dexeus Mujer ofrecemos también dos visitas posteriores de seguimiento que realiza la psicóloga de nuestro centro Sandra García Lumbreras, y, si es necesario o la paciente y /o su pareja lo desea, se puede mantener el contacto durante el tiempo que se requiera.