Si tienes una amiga, hermana, cuñada, compañera de trabajo, amigos -o familiares- que estén realizando un tratamiento de reproducción, debes ser prudente al hablar con ellos de este tema para no «meter la pata». No es que se trate de una situación especial o de la que no se pueda hablar, pero es una cuestión personal que afecta a nivel emocional, por lo que hay tener un poco de tacto y ser respetuoso con su intimidad.
El problema es que, a menudo, por desconocimiento o por exceso de confianza, hacemos comentarios o preguntas incómodas, sin darnos cuenta. En este post hemos recopilado algunos de los más frecuentes.
Y ¿qué?, ¿cómo va el tratamiento…? Nunca hay que ser el primero en sacar el tema, y menos en reuniones familiares o ante terceras personas. Si quieren hablar o contarte alguna cosa, lo harán, pero deben ser ellos los que den el paso y en el momento que les parezca mejor o más adecuado.
¿Cuánto tiempo lleváis intentándolo? Ni se te ocurra. La mayoría de las personas que recurren a la reproducción asistida han pasado por un periodo difícil antes de tomar la decisión, y si la duración del tratamiento se alarga, el proceso puede crear ansiedad. Además, el dato en sí mismo no es determinante ya que solo el médico o ellos mismos pueden valorar si es poco o mucho.
Conozco un caso que, tras muchos intentos fallidos, al final se quedaron de forma natural (o tras adoptar). Seguro que has oído comentarios de este tipo. Quizás haya sucedido alguna vez, pero también hay mucho de leyenda urbana. Nunca hay que explicar los buenos o malos resultados obtenidos por otras personas que hayan realizado tratamientos de reproducción asistida. Cada caso es diferente.
¿Por qué no te esperas un poco más? Con esta sugerencia estás diciéndole: “no apruebo tu decisión” Cuando se opta por iniciar un tratamiento es porque hay un deseo y una decisión previa ya tomada. Ponerla en duda no ayuda.
Y ¿no has/habéis pensado en adoptar? Probablemente hayan barajado esa posibilidad, y si han decidido no hacerlo, será por alguna razón, que no tienen por qué explicar. Además, tal vez haya disparidad de opiniones en la pareja y sacando a relucir el tema solo contribuirás a aumentar la tensión o la duda.
¡Tú relájate y ya verás! Es la típica frase que intenta animar pero que no sirve de nada. No todo el mundo puede lograrlo. Si de verdad quieres conseguir que se sienta/n más relajada/os piensa en actividades que puedan favorecerlo y propónselas.
Haces muy bien. Ser madre es lo mejor que me ha pasado en la vida. Cada persona vive la paternidad o la maternidad de forma diferente. Transmitir que es la mejor experiencia vital puede ser contraproducente si una persona tiene problemas de infertilidad o al final no logra serlo.
Y si no lo conseguís, pues más tranquilos, no pasa nada. Sí pasa. Toda pérdida o renuncia conlleva un duelo. No reconocer el dolor o tratar de quitarle importancia a un deseo puede hacer que la otra persona se sienta mal e incomprendida.
No le/s des a tu bebé para que lo cojan. Si tienes hijos y estáis en una reunión familiar o en el trabajo, no le/ss digas que los cojan en brazos. Deja que sean ellos quienes lo pidan o lo hagan de forma espontánea, si lo desean.
¡Con Thor ya tenéis bastante! Si tienen un perro u otras mascotas, no bromees con la idea de que es/son “su/s bebé/s”. Es un tema sensible y aunque se rían y sigan la broma, puede que no les siente bien.