Aunque casi nadie lo confiese abiertamente, todas las mujeres que deben recurrir a una donación de óvulos sienten un gran interés por recabar el máximo de información sobre la donante. En algunos países de Europa, como Finlandia, Países Bajos, Reino Unido y recientemente Portugal se puede conocer. Pero en España, la ley de reproducción vigente establece que la donación de gametos sea completamente anónima y, debe ser un equipo médico quién asigne la donante con mayor similitud dentro de las opciones disponibles.

Pero ¿cómo se lleva a cabo el matching? ¿qué es lo que hace que los expertos opten por una candidata u otra?, ¿y cómo se realiza la búsqueda? ¿existen sistemas informáticos que hagan algún tipo de comparativa o preselección automática? Los biólogos que trabajan en centros de reproducción asistida y se ocupan de realizar esta tarea están habituados a que las pacientes les hagan todo tipo de preguntas. En este post te contamos algunos detalles de este proceso de la mano de la Dra. Elisabet Clua, responsable del Programa de Donación de ovocitos y embriones de Dexeus Mujer.

Elementos clave para un buen matching

Evaluación rigurosa del estado de salud física y mental. “Lo que más importa es que la donante tenga buena salud, tanto desde el punto de vista físico como psíquico. Por ello y antes de empezar con otras pruebas, como una analítica o la exploración ginecológica, hay que hacer un estudio de su historial clínico y de los antecedentes familiares (3 generaciones), así como de sus hábitos y estilo de vida”, explica la Dra. Clua. El objetivo es detectar las posibles enfermedades genéticas, hereditarias, infecciosas (VIH, hepatitis…), psiquiátricas (esquizofrenia, trastorno bipolar…), condiciones que dificultan el aprendizaje (déficit de atención, hiperactividad, dislexia…) u otras enfermedades multifactoriales (trastornos psiquiátricos) que tengan mayor riesgo que el de la población general de ser transmitidas.

Estudio genético para reducir riesgo de algunas enfermedades transmisibles. En nuestro centro también realizamos a las donantes un test de portadores de enfermedades genéticas de carácter recesivo, denominado qCarrier. Este test permite conocer si la donante es portadora sana de alguna de las enfermedades incluidas en el test. Se denominan de carácter recesivo porque solo se pueden transmitir a la descendencia si la donante y la pareja (o donante de semen) fueran portadores de la misma condición .
Por ello aunque se cree que una parte importante de la población puede tener alteraciones de este tipo, la mayoría no padece las consecuencias. Sin embargo, los óvulos y el esperma de dos portadores sanos pueden dar lugar a un niño enfermo (la probabilidad de que este herede el gen alterado por ambas partes son de un 25%). Actualmente, el test que aplicamos en nuestro centro permite detectar alteraciones asociadas a hasta 300 enfermedades genéticas recesivas. De todos modos, “el riesgo cero no existe”, puntualiza la Dra. Clua.

Fenotipo, altura e Índice de Masa Corporal (IMC) similar. Otra cuestión que para las pacientes es fundamental: que la donante tenga rasgos físicos parecidos. “Es algo que siempre tenemos en cuenta y que de hecho también está establecido por ley”, explica Elisabet Clua. En nuestro centro, disponemos de una plataforma que nos ayuda a localizar a las candidatas que compartan con la donante el mismo fenotipo: grupo étnico (caucásica, asiática, hispana o africana), su color de ojos y de pelo, si tiene el cabello rizado, liso u ondulado, altura e índice de masa corporal (IMC). Una vez localizada la posible candidata, se valorará si es idónea genéticamente con la pareja de la receptora. En el caso de que se tratara de una doble donación, se asignaría un donante de semen que también fuera idóneo genéticamente con la donante de óvulos.

La edad cuenta. La ley en España determina que la donante debe tener entre 18 y 35 años. Este límite está establecido para reducir riesgos, ya que a medida que aumenta la edad de la mujer disminuye la calidad de sus ovocitos y aumenta el riesgo de que su descendencia pueda presentar alguna anomalía cromosómica, como, por ejemplo, el síndrome de Down.

Un proceso más rápido no siempre es mejor. En general la asignación de la donante es un proceso que puede tardar entre uno y dos meses. Puede que de entrada te parezca muy lento, pero “yo siempre les digo a mis pacientes que el hecho de que un proceso sea más rápido no significa que sea mejor”, explica la Dra. Elisabet Clua. Para hacer un buen matching es fundamental llevar a cabo un buen estudio previo y valorar los diversos parámetros. La que desde el punto de vista fenotípico (parecido físico) puede parecer la mejor, es posible que por el resultado del test genético no sea idónea con tu pareja. Además, no siempre se dispone de múltiples candidatas para un determinado perfil. Así que sí no se dispone de una donante idónea, siempre es mejor esperar un poco más, hasta que se consiga.

¿En fresco o con óvulos vitrificados? En nuestro centro hacemos una gran parte de los ciclos de recepción de ovocitos en fresco. Pero no porque ofrezcan mejores resultados que cuando se utilizan óvulos vitrificados. En algunos casos puede ser más rápido asignar ovocitos vitrificados y si es así, solicitaremos que la muestra de semen se entregue en fresco.

Y, para acabar, un dato que es importante saber:
La epigenética también interviene. A muchas pacientes les preocupa que al no ser un hijo biológico no se les parezca en absoluto o no se adapte al entorno familiar. Pero durante el embarazo, la receptora también influye en el desarrollo de su futuro bebé. Sus hábitos, su dieta, el ambiente uterino y otros factores ambientales externos pueden modular la manera en la que se expresan los genes. Y el entorno en el que crece y sus experiencias vitales influyen en su personalidad. Por ello es habitual que los niños de ciclos de ovodonación se acaben pareciendo mucho más a su madre/s y padre de lo que inicialmente se espera.