Cada vez se habla más de la salud de las mujeres de manera específica, y se reconocen las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a las enfermedades que afectan a cada sexo. Esta mirada diferenciada es necesaria, ya que se ha demostrado que si no, algunos problemas de salud que afectan a las mujeres pueden pasar desapercibidos o ser diagnosticados con retraso. En Dexeus Mujer llevamos más de 80 años dedicados de manera exclusiva a la salud femenina y, por lo tanto, contamos con un profundo conocimiento en este ámbito, con especial énfasis en los cambios hormonales, la salud ginecológica y reproductiva, así como la sexualidad femenina.
Con motivo del Día Mundial de la Salud, hemos consultado a nuestro equipo de expertos para identificar qué aspectos son claves para la salud femenina. En este post, queremos compartir algunos consejos útiles que te ayudarán a cuidar de tu bienestar, siguiendo las indicaciones de la Dra. Sonia Baulies:
- Hazte revisiones ginecológicas de forma regular. A partir de los 25-30 años -o antes si ya mantienes relaciones sexuales- y hasta los 75, es recomendable realizar una revisión ginecológica anual.
- Consulta cualquier irregularidad menstrual: cambios en el flujo, la frecuencia, dolor, o la cantidad de la menstruación…Pueden ser indicativos de trastornos como endometriosis, miomas, quistes, patologías y otros problemas de salud. No dudes en consultar a tu ginecóloga.
- Mantente al día en anticoncepción. Es fundamental que el método anticonceptivo que elijas se ajuste a tus necesidades y te resulte cómodo. Si tienes dudas, pide siempre orientación médica.
- Si quieres ser madre o no lo descartas en un futuro, hazte un chequeo y pide a tu ginecóloga que te hagan una valoración de la reserva ovárica, a ser posible antes de cumplir los 35 años. Así tendrás información y más margen de maniobra en caso de que se detecte algún problema.
- Mamografías a partir de los 40-50 años. Realízate una mamografía anual o cada dos años A partir de los 40 años, en Dexeus Mujer iniciamos el screening mamario para detectar precozmente el cáncer de mama. A veces también se recomienda complementar la mamografía con una ecografía.
- Protégete frente a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Muchas ITS no presentan síntomas. Si has tenido relaciones sin protección, es importante hacerte un chequeo, especialmente con el aumento de su incidencia en jóvenes y personas de entre 45-50 años a causa del inicio de nuevas relaciones de pareja.
- Atención a los síntomas de la perimenopausia y menopausia. A partir de los 45 años, mantente alerta ante alteraciones en la regla, cambios en el sueño, aumento de peso o sequedad vaginal. Existen tratamientos eficaces para gestionar estos síntomas.
- Si ya no tienes las reglas, hazte una densitometría. A partir de la menopausia se acelera progresivamente la pérdida de masa muscular y densidad ósea. Es una prueba indolora que permite determinar la densidad mineral de los huesos y, así, diagnosticar la osteoporosis o valorar el riesgo de fracturas.
- Si sientes dolor con la penetración o tienes otras disfunciones sexuales, consulta a un ginecólogo/a especialista en sexualidad. Las causas pueden variar desde vaginismo hasta desequilibrios hormonales.… No lo dejes pasar.
- Prepárate para el parto y pide ayuda para la etapa del postparto. No asumas toda la carga de cuidar al bebé. Necesitas recuperarte físicamente y a nivel emocional es necesario contar con redes sociales de apoyo.
- Tonifica tu suelo pélvico. Es fundamental tras el parto y en la perimenopausia y menopausia. Y recuerda: la pérdida de orina involuntaria no es normal.
- A partir de los 50 revisa la tiroides. En nuestro centro hacemos chequeos desde los 40 años. Si aumentas de peso, te sienes cansada, quieres dormir más o notas más vello corporal, consulta a tu ginecóloga para que te pida una analítica específica.
- Cuida tu salud cardiovascular. Controla tu colesterol y la presión arterial. Recuerda que no provocan síntomas. Con la menopausia, aumenta el riesgo de trastornos cardiovasculares, que ya son la principal causa de mortalidad en mujeres. Evita el sedentarismo y el estrés.
- Mantén un peso saludable. Las fluctuaciones hormonales durante la menopausia pueden aumentar el riesgo de ganar peso. Controlar tu peso reduce el riesgo de diabetes, trastornos cardiovasculares y otros problemas de salud.
- Haz ejercicio regularmente. Practica ejercicio aeróbico de forma regular, que se adapte a tu edad, capacidad y ¡que te guste!Si es acompañada, mejor: nadar, bailar, senderismo, bicicleta, running, paddle… Además, a partir de los 45 años y en la menopausia, el ejercicio de tonificación es esencial para preservar la masa muscular.
- Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada. Lo ideal es seguir las pautas de la dieta mediterránea. Evita en lo posible abusar de alimentos procesados, snacks, embutidos, carnes rojas, alcohol, la repostería industrial y bebidas azucaradas.
- Salud mental: cuida tus relaciones sociales, piensa en positivo y sé proactiva. Mantente en contacto con la naturaleza, y procura dedicar un tiempo a ti misma de forma diaria o varias veces a la semana para hacer algo que te resulte satisfactorio: leer, darte un baño relajante, una actividad de ocio, planificar una salida, llamar o quedar con amigos, disfrutar en pareja o en familia…
- Descanso y horas de sueño: Dormir entre 7 y 8 horas es esencial para una buena salud. Si no duermes bien, organiza tus horarios para mejorar tu descanso, y evita la automedicación. Si el problema persiste, consulta a un profesional.
- Dolor articular y problemas musculoesqueléticos. Con la menopausia y también el paso de los años, aumenta l riesgo de sufrir dolores articulares y problemas musculoesqueléticos. Es importante estar atenta para prevenirlos en la medida de lo posible, así como para diagnosticarlos y tratarlos.
- Bienestar físico. Cuidar nuestro cuerpo también produce bienestar. Además de una buena alimentación y de hacer ejercicio, de forma regular es importante hidratarse por dentro y por fuera, cuidar nuestro aspecto físico y revisar la salud dental. A partir de los 50 años se pierde masa muscular de forma progresiva, disminuye la fuerza y la densidad ósea. Conviene hacer ejercicios de fuerza, evitar el sedentarismo y practicar actividades que contribuyan a tonificar el cuerpo y a no perder agilidad: Pilates, yoga, estiramientos y ejercicios de fuerza.