En cuanto descienden las temperaturas, el cuerpo nos pide platos de cuchara y alimentos ricos en nutrientes y vitaminas para fortalecer nuestras defensas y que aporten energía extra, para combatir el frío y tener reservas. Un buen consejo es recuperar algunas recetas tradicionales que son idóneas para esta época del año: desde el clásico caldo de pollo con verduras a platos a base de legumbres. Pero si la cocina no es lo tuyo, asegúrate al menos de incluir en tu dieta algunos alimentos de temporada que son especialmente recomendables para cuidar y reforzar tu salud en invierno. Aquí tienes cinco que hemos seleccionado con el asesoramiento de la responsable de la Unidad de Nutrición de Dexeus Mujer, Xus Murciano.
Almendra
Es uno de los frutos secos más apreciados por su sabor y contenido en nutrientes. Es una fuente excelente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados (es decir buenos para la salud cardiovascular), vitamina E, potasio, hierro, fósforo y magnesio.
Te interesa: son ricas en calcio, por lo que se aconsejan a las personas que no toman o no pueden consumir lácteos.
Cuándo y cómo tomarlas. La mejor forma de aprovechar sus propiedades es comerlas crudas, sin tostar y sin sal ni azúcar. Destacan por su versatilidad en la cocina, ya que pueden añadirse a postres, cremas, ensaladas y platos de pescado en forma de salsa junto a otros ingredientes.
Alcachofa
Esta hortaliza de invierno tiene una acción depurativa sobre el organismo y es una excelente fuente de fósforo y de fibra, aunque sus mejores propiedades se deben a dos sustancias que contiene en pequeña cantidad: esteroles y cinarina, que ejercen notables efectos fisiológicos positivos. Ayuda a disminuir el colesterol, tiene una acción diurética y facilita la digestión. También aporta flavonoides que tienen una acción antioxidante y protegen la salud cardiovascular.
Te interesa: en forma de infusión puede ayudar a aliviar la pesadez de estómago y la flatulencia.
Cuándo y cómo tomarla. Asada al horno o bien unos 8-10 minutos a máxima potencia en el microondas se puede tomar como entrante o como acompañamiento de cualquier plato. Basta con cortar el tallo, abrir un poco las hojas y añadir un poquito de aceite de oliva virgen y sal para aderezarla. En forma de crema, hervida y triturada, se puede combinar con puerros y patata que suavizan su sabor.
Ajo
El ajo es un alimento rico en compuestos sulfurados que protegen a nuestro cuerpo frente a las infecciones. Además, ayuda a reducir el colesterol en sangre y favorece al salud cardiovascular, porque dilata los vasos sanguíneos e inhibe la formación de coágulos. También estimula el sistema inmune y evita la formación de nitritos.
Te interesa: sus efectos se incrementan cuando se consume crudo, pero si se cuece o se fríe también se mantienen. Cuanto más tierno y más claro, más suave y agradable será su sabor.
Cuándo y cómo tomarlo. Una simple picada de ajo y perejil puede acompañar numerosos platos: pescados y mariscos, asados, sofritos, ensaladas, cremas y salsas. El germen del interior puede eliminarse porque es indigesto. Hay que guardarlos en un lugar fresco y ventilado, no en la nevera.
Naranja
Es rica en vitamina C, que aumenta la resistencia frente a las infecciones víricas, y aporta pectina (fibra soluble) y flavonoides, unas sustancias de acción antioxidante que protegen la salud celular y también favorecen la asimilación del calcio, el hierro y el fósforo. Esta fruta es una buena fuente de ácido fólico y tiamina, dos vitaminas del grupo B que cuidan la salud del sistema nervioso.
Te interesa: una ración de 150 gramos aporta la cantidad de vitamina C que necesitamos al día.
Cuándo y cómo tomarla. Es mejor consumir la pieza entera que solo el zumo para aprovechar al máximo todas sus cualidades. Por la mañana, con el desayuno, entre horas o como postre. Ahora aun les falta un poco de dulzor, porque son de la cosecha de la nueva temporada.
Cebolla
Es una hortaliza que se utiliza para preparar numerosos platos. Gran parte de sus propiedades beneficiosas residen en las sustancias volátiles que contiene: compuestos azufrados y flavonoides. Ayuda a reducir el colesterol y la hipertensión, combate infecciones como resfriados, bronquitis y gastritis y también alivia la constricción de los bronquios.
Te interesa: las que están tiernas y frescas son las que ejercen más efectos saludables.
Cuándo y cómo tomarla. Si la cortas, envuélvela en film transparente y debes guardarla en la parte menos fría de la nevera. La puedes añadir directamente en crudo en ensaladas o rallarlas para elaborar sofritos. También en crudo en caldos de pollo y verduras, platos de legumbres -como judías verdes, habas o lentejas- y pochadas para acompañar platos de pescado o carne y preparar cremas de verduras. Al hervirlas o freírlas adquieren un sabor dulce más suave, que combina con muchos alimentos.