Ya estamos en primavera, una época ideal para empezar a disfrutar de platos más ligeros. Este mes te proponemos un clásico que nunca falla y que se elabora en un tiempo récord. El único secreto es elegir ingredientes de calidad y servirlo al momento para aprovechar al máximo su valor nutritivo.

Además, es un plato muy versátil, ya que el huevo combina muy bien con muchas verduras y es uno de los alimentos que aportan proteínas de mayor valor biológico. En esta ocasión hemos elegido los espárragos trigueros porque son un producto de temporada, de sabor intenso, muy saludables, diuréticos y poco calóricos. Contienen antioxidantes, ácido fólico, vitaminas A, C, E y K, hierro, calcio, potasio y mucha fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento.  

Los ajos tiernos también son un alimento de primavera. Desde el punto de vista nutricional, su composición es parecida a la del ajo seco, aunque tienen un sabor más suave y un mayor contenido en agua y fibra. Al ajo se le atribuyen numerosas propiedades beneficiosas para la salud: efecto antiséptico, antiinflamatorio, bactericida, antiviral, antitumoral, antifúngico y antiparasitario intestinal. También ayuda a reducir el colesterol malo y la presión arterial.

La quinoa es un ingrediente que puedes añadir de forma opcional. Es un pseudocereal que aporta hidratos de carbono, por lo que mejora el valor nutritivo del plato y lo hace más completo y equilibrado. Tiene un índice glucémico muy bajo, por lo que es apta para celíacos. También es rica en proteínas, minerales, vitaminas del grupo B y vitamina E. Si lo prefieres, puedes sustituirla por arroz integral.

Ingredientes (para dos personas):

  • 300 g de espárragos trigueros finos
  • 200 g de ajos tiernos
  • 2 huevos de buena calidad
  • 60 g de quinoa (o arroz integral)
  • Una pizca de sal
  • Pimienta molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Elaboración:

1. Lava la quinoa con agua fría en un escurridor.

2. En una cazuela, pon agua a hervir y cuando llegue al punto de ebullición vierte la quinoa y deja que se cueza a fuego medio. La proporción es de dos partes de agua por una de grano. Añade un poco de sal en el agua. Si quieres darle un sabor a nuez, dora un poco los granos en una sartén antes de la cocción. Una vez cocido, escúrrelo bien y reserva.

3. Retira el tallo final de los espárragos y córtalos en 4 o 6 partes, en función de la longitud que tengan.

4. Corta los ajos tiernos en porciones de unos tres centímetros.

5. Pon una sartén con un poco de aceite al fuego y cuando se caliente vierte los espárragos y los ajos troceados y deja que se doren lentamente. Dales la vuelta y vigila que el fuego sea suave. Las puntas de los espárragos añádelas al final, para que no se quemen.

6. Cuando estén hechos, añade los dos huevos y remueve el conjunto con una cuchara de madera durante unos segundos hasta que se cuaje, pero sin que se quede del todo hecho, para que resulte más gustoso.

7. En un plato hondo que conserve el calor, coloca la quinoa y vierte por encima el revoltillo caliente.

Añade sal y pimienta al gusto y… ¡a disfrutar!