El dolor de mamas es uno de los motivos de consulta al ginecólogo/a más frecuente, sobre todo en mujeres jóvenes. Pero no hay que alarmarse, porque en la mayoría de los casos se debe a procesos benignos. Además, a veces se confunde con el dolor de los músculos del tórax o de la zona de las costillas, o incluso de la columna cervical o dorsal, que puede reflejarse en las mamas. De todos modos, siempre es aconsejable pedir visita para que el médico pueda hacer una exploración y determinar la causa.
En general, “descartar el cáncer y explicar que se trata de un proceso benigno por sí mismo puede mejorar el cuadro en hasta un 85% de casos”, explica la Dra. María García Gallardo, ginecóloga especialista en Patología mamaria de nuestro centro. “El protocolo que seguimos habitualmente es consultar a la paciente si el dolor es constante o cíclico, dónde se localiza, si afecta a su vida cotidiana y si aumenta con la presión o al respirar. También realizamos una exploración física de las mamas, de la pared costal y de la de columna dorsal y cervical (para ver si hay alguna alteración, como escoliosis o contracturas) y valoramos la existencia de posibles lesiones cutáneas. Si es necesario, pedimos pruebas complementarias, como una ecografía.
Asimismo, “es importante saber si la paciente está tomando alguna medicación y preguntarle por sus hábitos: si hace deporte, fuma o toma mucho café u otros alimentos que puedan tener un impacto negativo sobre el síndrome premenstrual”, añade. Otro aspecto importante es el tema del sujetador: “debe utilizar siempre uno adecuado a su talla (en este post de nuestro blog puedes comprobarlo) , que sea cómodo, se ajuste bien, sujete el pecho y no provoque presión”, añade la Dra. García.
¿Cuáles son las causas más frecuentes?
Como ya hemos comentado, para hacer el diagnostico, es importante saber si el dolor es cíclico o no, y si se localiza en las mamas o el origen es extramamario.
- Si es cíclico: si el dolor se presenta cada mes, unos 5 o 7 días antes del período, afecta a las dos mamas –aunque puede ser más intenso en una que en otra– y disminuye o desaparece durante la menstruación, es muy probable que se trate de lo que se llama: tensión mamaria premenstrual, y se debe a la acción de las hormonas femeninas sobre las mamas. Se trata de un problema frecuente que afecta a mujeres que tienen entre 30 y 49 años.
Tratamiento: el tratamiento consiste, sobre todo, en ofrecer algunas recomendaciones prácticas de estilo de vida, como dejar de fumar, restringir el consumo de grasas y de alimentos o bebidas ricas en cafeína o teína (como el chocolate, el café o el té). También se pueden tomar antiinflamatorios y cremas con progesterona, y existen diferentes terapias naturales que han demostrado ser efectivas, como el aceite de onagra o el agnus castus. En los casos persistentes y que afectan a la calidad de vida, el médico puede optar por la prescripción de tratamientos tomados específicos que requieren un control por su médico como el Danazol.
- Si no es cíclico: si el dolor es constante o intermitente, no está asociado al ciclo menstrual y/o se localiza en algún punto determinado, es importante descartar procesos inflamatorios (mastitis, galactoforitis, abscesos…), así como la presencia quistes o nódulos. También puede ser provocado por la dilatación de un conducto de leche, que puede ocasionar la acumulación de líquido (técnicamente se denomina ectasia ductal). En muchos de estos casos, la ecografía mamaria puede ayudar a hacer el diagnóstico.
Tratamiento: el tratamiento depende de la causa, por lo que, tras el diagnóstico, el médico debe valorar cuál es el más indicado en cada caso.
- Dolor torácico extramamario: es un dolor que la paciente nota en la mama, pero la zona de origen del dolor no es la glándula mamaria, sino estructuras vecinas. El origen puede ser un problema muscular, como un esguince, mialgias por sobreesfuerzo o una osteocondritis (inflamación que afecta a los cartílagos que unen las costillas con el esternón o un esguince). También puede ser un pinzamiento que se haya formado debajo de la piel o un problema raquídeo (dolores que afectan a la zona cervical o dorsal y se irradian hasta otras áreas).
Tratamiento: en estos casos el tratamiento depende de la causa que lo provoque. Es posible que el médico te derive a otro especialista y te prescriba antiinflamatorios. Las medidas correctoras ortopédicas y posturales también pueden ayudar.
¡Esperamos que este post te haya resultado útil! y si tienes cualquier duda, consulta a tu ginecólogo/a.