Apoyo psicológico durante el embarazo y el posparto
Si acabas de ser madre o el embarazo te ha pillado justo en el contexto de la pandemia es normal que estés preocupada y te preguntes si este hecho supone un mayor riesgo para ti y para tu bebé. La buena noticia es que se ha demostrado que la infección no afecta a los recién nacidos, y en las embarazadas su impacto y evolución es leve y similar a la de la mayoría de la población que no tiene otros factores de riesgo.
Sin embargo, los psicólogos advierten que la situación actual de crisis sanitaria ha causado un impacto importante a nivel emocional en muchas personas, entre ellas, las embarazadas, ya que ha acentuado la ansiedad, la sensación de incertidumbre e inseguridad ante el futuro y la sensación de soledad y la depresión posparto que muchas mujeres experimentan cuando vuelven a casa con el bebé, debido al confinamiento, el distanciamiento social y las medidas de seguridad para evitar los contagios que han limitado nuestra actividad y relaciones sociales.
En este post, nuestra psicóloga Sandra G. Lumbreras, responsable de la Unidad de Psicología de Dexeus Mujer, ofrece algunas recomendaciones útiles para gestionar todas esas emociones negativas y cuidarse especialmente a nivel físico y anímico durante el embarazo y el posparto. También es importante que hables abiertamente con tu ginecólogo de estas preocupaciones para valorar si es necesario contar con el apoyo psicológico de un profesional, ya que el bienestar emocional de la madre durante esta etapa es tan importante como el físico, para su salud y la del bebé.
Qué es normal sentir y qué no: es normal que la pandemia te preocupe y el distanciamiento social te haya provocado una cierta tristeza, o estés especialmente sensible, además, los cambios hormonales propios de esta etapa pueden propiciar una mayor labilidad emocional. Pero si ves que esa tristeza cada día va a más, te provoca insomnio, algún síntoma físico, como la sensación de presión en el pecho, pocas ganas de hablar o pensamientos negativos, es recomendable consultarlo con un profesional.
Qué puedes hacer para alejar los pensamientos negativos: intenta centrarte en el presente. Si estás embarazada pon tu atención en los aspectos positivos del día a día, en sentir a tu bebe y su buena evolución. Si ya ha nacido, centra tu atención en lo bueno que tienes, y alégrate de los pequeños avances y cositas nuevas que vaya haciendo cada día. También es importante contar con ayuda para atender al bebé, buscar momentos para ti y hacer cosas que te ayuden a relajarte.
Exterioriza tus preocupaciones. Dedica un tiempo (pacta un día y hora) concreto cada semana a expresar como te sientes con alguien que te entienda, te escuche y no te juzgue. Ayuda a bajar la intensidad de las emociones negativas. Si no tienes a nadie o no quieres preocupar a nadie, puedes escribir tus sentimientos en un diario para desahogarte. Si no notas mejora, busca apoyo profesional. Atender nuestras necesidades psicológicas es tan importante como atender nuestras necesidades físicas, no hay que reprimirlas ni posponerlas.
Pide apoyo a tus seres queridos: si tienes pareja, es importante expresar cómo te sientes, ya que un hijo es un proyecto conjunto. También puede ser de ayuda una hermana o buena amiga. El apoyo de las personas queridas transmite fortaleza para hacer frente a la situación y ayuda a sentir que no estamos solas. El cariño siempre es beneficioso.
Planifica el posparto para evitar la soledad y la sobrecarga de trabajo: hay que ser conscientes de que para poder cuidar del bebé necesitamos que alguien cuide de nosotras, y nos descargue de las tareas domésticas. Si puede ser tu pareja, tu madre o algún familiar que respete tus necesidades te ayudará muchísimo, permitiendo que te centres en tu bebe. Querer abarcarlo todo es complicado.
Dedica tiempo al autocuidado personal. Por muy agotada que estés es importante dedicar un tiempo a comprar y cocinar para alimentarnos de forma saludable, salir a diario a caminar, intentar dormir las horas necesarias y relacionarnos con otras personas, aunque sea a nivel virtual. Y todo ello con cierta rutina, lo que favorecerá nuestro equilibrio emocional. El ejercicio físico también es importante: está comprobado que las mujeres embarazadas o que durante el posparto realizan al menos 150 minutos de ejercicio suave a la semana, tienen menos síntomas de ansiedad o depresión.
Haz planes que te ilusionen. Es importante pensar y dedicar un tiempo a planificar algún proyecto de futuro que nos haga ilusión, como planear una pequeña escapada. A pesar de las dificultades que plantea la situación actual, hay que mantener ciertas ilusiones a medio plazo, que sean un motor para ir sobrellevando el día a día.
¿Cuándo pedir ayuda profesional? Si, a pesar de tener en cuenta, todas estas recomendaciones, te sientes cada día más triste, sientes que nadie te entiende, que estás desbordada o con insomnio a pesar del cansancio, es conveniente que pidas apoyo a un/a profesional médico y/o psicólogo/a.
Esperamos que este post te haya resultado útil, y si tienes alguna duda, ¡déjanos un comentario!
Entrada muy interesante y muy pertinente por las conocidas consecuencias que tiene el estrés materno en el desarrollo del bebé. Señalar el apoyo que pueden dar las asociaciones de familias a aquellas embarazadas en circunstancias más complicadas, como la amenaza de parto prematuro, tanto como apoyo prenatal, neonatal y postnatal.
Gracias