¿Quién no recuerda la emoción de la noche de Reyes? ¡Estábamos tan nerviosos que era imposible dormir! Nos íbamos a la cama deseando que las horas pasaran volando para despertarnos cuanto antes y salir disparados corriendo en pijama hacia el comedor para abrir los regalos. Sin duda, es una de las mejores noches del año, de la que probablemente conservamos buenos recuerdos de la infancia y, si tenemos hijos, otros incluso más felices, al poder compartir con ellos esa misma ilusión.
Este año no podremos disfrutar de la cabalgata en directo, pero podemos aprovechar para adelantar la cena y conseguir que los niños se acuesten antes. Aunque es probable que estén menos cansados y resulte más difícil que se quieran ir a la cama o que cojan el sueño. Por ello, no está de más tener preparado un plan de antemano que, además de ser más efectivo, siempre será mejor que recurrir al chantaje emocional de las típicas frases: “Si los Reyes ven que estás despierto no entrarán”, o “si te portas mal y no te acuestas pronto, te traerán carbón”. Solo convencen a los más pequeños y esas “amenazas” pueden causarles más estrés, y hacer que les cueste todavía más conciliar el sueño.
En este post, nuestra psicóloga Sandra G Lumbreras, apunta algunas ideas útiles para que ese día lo vivan de una forma especial y, al mismo tiempo, se relajen y se acuesten a una hora razonable.
- Planea con tiempo una excursión para hacer ese día. Dada la situación actual y las limitaciones, no es posible hacer grandes planes, pero tampoco es necesario. Un largo paseo por la tarde para ver la ciudad iluminada en Navidad, un trayecto que podamos hacer en bicicleta en familia por la mañana, una escapada a alguna zona verde tranquila para jugar a la pelota… Lo que importa es que incluya alguna actividad física, para que puedan canalizar su nerviosismo, se sientan cansados por la noche y tengan ganas de irse a la cama.
- Proponles un juego de retos. Si son varios hermanos, puedes plantear un juego de 5 retos (adecuados a su edad) que deban realizar a lo largo del día antes de las 6 de la tarde y que les impliquen en la realización de tareas de la casa, además de demostrar que confiamos en su responsabilidad. El que más retos supere en el día tiene premio: podrá elegir una película para ver en casa, tendrá una merienda especial o ganarse unas chuches (ten preparados segundos y terceros premios para los demás que sean más o menos equitativos).
- Adelanta un poco la hora de la cena y prepara un plato que les guste especialmente. Puedes pactarlo con ellos o que lo decidan entre los hermanos. Y haz que colaboren en la cocina para poner la mesa y darle un toque festivo.
- Crea una atmósfera especial esa noche en casa. Haz que contribuyan a dejar todo bien ordenado, colocar luces en la terraza o la ventana de casa, señalizar el camino hasta el comedor a los camellos con flechas dibujadas (en post it) o papelitos de colores, etc… Que propongan ellos ideas también, para fomentar su imaginación.
- Haz que colaboren con los preparativos de las ofrendas a los camellos o detalles y dulces para los Reyes. Pueden ayudarnos a hacer galletas por la tarde o un bizcocho casero, preparar cartelitos con los nombres de cada Rey y elegir los platos y el atrezzo para servirlos en una bandeja que dejaremos junto al árbol o en un lugar que se vea en el comedor.
- Evita que vean películas o jueguen a videojuegos justo antes de acostarse: la luz de las pantallas y los juegos de acción crean un efecto excitante, que no les relaja y puede hacer que les resulte más difícil conciliar el sueño.
- Tertulia familiar y tentempié. Antes de que se acuesten, podemos hacer un poco de tertulia familiar, con refrigerio incluido (vaso de leche caliente con bizcocho o galletas) en un lugar improvisado (la alfombra o una mesita más pequeña con una luz cálida para crear un ambiente más íntimo y relajado) y explicarles anécdotas divertidas de nuestra infancia que les gustarán mucho: qué juguete que nos trajeron los Reyes nos hizo más ilusión cuando éramos pequeños, qué recuerdos tenemos, qué nos decían los abuelos para enviarnos pronto a la cama, quién era el más travieso de la familia y siempre le traían un poco de carbón… Permitir que ellos expresen su emoción, sobre todo los que no son tan pequeños, también ayuda a que se sientan más tranquilos.
Esperamos que estas propuestas te resulten útiles, y si quieres hacer alguna consulta o compartir otras ideas que hayas puesto en práctica, ¡déjanos un comentario!