¿Estás embarazada y te preocupa la listeriosis?
Una de las noticias más impactantes de este verano ha sido el brote de listeriosis, que ha afectado a más de 200 personas y ha provocado algunos abortos. Si estás embarazada y te preocupa este tema, debes saber que esta infección, en general, es poco frecuente –se da menos de 1 caso por cada por cada 1.000 gestaciones– y se puede tratar con antibióticos. Pero no hay que bajar la guardia, porque puede comportar riesgos importantes para el feto. Además, se trata de una bacteria un poco peculiar, ya que no altera el aspecto ni el sabor de los alimentos que contamina, y “todoterreno”, porque es muy resistente tanto a las altas como a las bajas temperaturas, por lo que es fundamental que seas precavida. En este post nuestro equipo ginecológico responde a 10 preguntas clave.
¿Cómo te puedes infectar? En general, cualquier alimento listo para el consumo, es decir, que no requiera ser cocinado y que esté contaminado por Listeria –que es la bacteria que provoca esta infección–, puede transmitir la enfermedad. Los alimentos que más frecuentemente se asocian a esta infección son productos cárnicos envasados, productos de pesca ahumados, ensaladas y frutas preparadas y envasadas, patés refrigerados, leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda elaborados con leche cruda.
¿Es una infección que se controla durante el embarazo? De forma sistemática no, pero sí cuando se presenta algún síntoma sospechoso, como un cuadro pseudogripal con fiebre, síntomas gastrointestinales o fiebre, o si se detecta infección en el líquido amniótico, la placenta o en ambas.
¿Por qué provoca abortos y afecta especialmente al feto? Porque la Listeria es una bacteria que tiene una especial afinidad por la placenta. Al igual que hay virus que afectan a las vías respiratorias, o bacterias que inciden sobre el sistema gastrointestinal, este patógeno puede transmitirse de madre a hijo. Durante el primer y segundo trimestre del embarazo puede provocar abortos, y durante el último trimestre corioamnionitis (Infección del líquido amniótico y placenta), parto prematuro y muerte fetal. También puede transmitirse durante el parto, por lo que si la madre ha sido infectada hay que seguir un control del bebé. Pero no se contagia de persona a persona.
¿Qué síntomas podemos notar? En muchos casos es asintomática, por lo que es una infección que puede pasar desapercibida. Si aparecen, los síntomas suelen ser fiebre y/o algunas molestias gastrointestinales de carácter leve.
¿Estar embarazada aumenta el riesgo de contraer la infección? Sí, porque el embarazo provoca cambios en el sistema inmunitario que pueden aumentar la susceptibilidad hacia algunas infecciones. Por ello las gestantes deben extremar las precauciones.
¿Qué medidas preventivas se recomiendan? Hay que evitar el consumo de carnes crudas o poco hechas, marisco y pescado crudo, productos lácteos no pasteurizados y quesos blandos o embutidos, carnes procesadas y alimentos precocinados o envasados de origen desconocido o que no nos inspiren confianza. Asimismo, hay que cocinar los alimentos a temperaturas superiores a 70º C, mantener los productos refrigerados en la nevera por debajo de los 4º C, volver a calentar los alimentos sobrantes que conservemos antes de su consumo y extremar la higiene de superficies y utensilios de cocina que hayan estado en contacto con alimentos crudos, para evitar la contaminación cruzada. Asimismo, hay que lavar bien las verduras y pelar la fruta. Los niños y personas mayores o con las defensas bajas también son grupos más vulnerables.
¿Cómo se confirma el diagnóstico? Con una analítica de sangre, aunque en algunos casos puede ser necesario realizar un cultivo para comprobar la presencia de la bacteria (cuando afecta al líquido amniótico o a la placenta).
¿Hay todavía productos envasados con listeria en el mercado? El 16 de agosto, las autoridades de control oficial de Andalucía dieron orden de retirada de los productos afectados que correspondían a una empresa de productos cárnicos. Tras recibir la información a través de la Red de Alerta (SCIRI) coordinada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), lo hicieron el resto de las comunidades autónomas en las que se había distribuido el producto. De todos modos, aunque todos los esfuerzos se han centrado en identificar el foco y retirar los productos contaminados, recuerda que debes extremar las medidas de protección en cuanto al consumo de alimentos crudos, no pasteurizados o de origen dudoso, y la higiene en la cocina.
Si sospecho que puedo haberme infectado ¿qué debo hacer? Lo primero que debes hacer es acudir a tu ginecólogo/a para que valore la situación y decida cuáles son las siguientes medidas a tomar, ya que, aunque así fuera, los síntomas y la evolución del embarazo pueden variar de una persona a otra. Además, una buena noticia: se calcula que 1/3 parte de los bebés de madres infectadas no se infecta.
Si tengo la infección, ¿qué tratamiento tendré que seguir? El tratamiento consiste en la toma de antibióticos. En algunos casos puede ser necesaria su administración inicial por vía endovenosa, y posteriormente por vía oral. La hospitalización está indicada cuando es necesario realizar un control más estricto de la evolución del bebé y de la gestante.
En nuestra escuela de madres digital, Mum’s cool, encontrarás información ampliada sobre este tema. También puedes obtener información actualizada sobre el brote de listeriosis en la web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Esperamos que te haya resultado útil. Si te han quedado dudas, consulta directamente a tu ginecólogo/a ¡o déjanos un comentario!