El cáncer de ovario es mucho menos frecuente que el de mama, pero si no se detecta en fases iniciales, tiene un riesgo de mortalidad más alto. Por ello es fundamental hacerse revisiones ginecológicas de control con regularidad, especialmente a partir de los 45 años, ya que en estadios tempranos no provoca síntomas. El testimonio de la periodista Sara Carbonero le ha dado visibilidad, un gesto que es importante porque se habla muy poco, a pesar de que cada año, y solo en España, se detectan más de 3.500 nuevos casos. Así que, con motivo del Día Internacional del Cáncer de ovario, que se celebra este sábado 8 de mayo, la Dra. Carmen Ara, especialista en Ginecología Oncológica y Patología mamaria de nuestro centro, apunta algunos datos de interés sobre este tipo de cáncer, que es importante saber.
Tiene un riesgo de mortalidad más alto que el de mama. Su incidencia no es muy alta: unos 200.000 nuevos casos al año a nivel mundial. Pero si no se detecta en fases iniciales, el riesgo de mortalidad es más elevado que el de otro tipo de cánceres femeninos. Afortunadamente, la tasa de supervivencia actual se ha triplicado respecto a la década de los 80, y supera el 90% a los 5 años cuando está localizado.
No se puede prevenir y es difícil de diagnosticar porque en estadios tempranos no presenta síntomas. Las revisiones ginecológicas anuales son por tanto fundamentales para detectar cualquier irregularidad. Por ello, es recomendable hacerse una revisión anual, con ecografía transvaginal, a partir de los 30 años.
Sus síntomas pueden ser confundidos con procesos benignos, como trastornos gastrointestinales. Puede provocar molestias abdominales, como sensación de plenitud después de comer, aunque se coma poco, o sensación de gases, y pérdida de apetito o de peso, molestias pélvicas o molestias al orinar o hacer deposiciones que persisten sin que haya una explicación.
La mayoría de los casos se diagnostican entre los 45 y los 75 años, pero también puede afectar a mujeres más jóvenes. A partir de los 50 el riesgo aumenta, y, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, SEOM, la edad media del diagnóstico se sitúa en 63 años.
La causa se desconoce. Aunque, como otros tumores malignos, se produce como consecuencia de una acumulación de alteraciones genéticas que causa un crecimiento y proliferación incontrolada de las células epiteliales.
Es verdad que el riesgo de padecer cáncer de ovario es menor en mujeres que han tomado anticonceptivos orales durante años, y que las mujeres que no han tenido hijos tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Sin embargo, estos hechos no son determinantes tampoco.
Fumar o una dieta rica en grasas aumenta el riesgo. El tabaquismo y el consumo de grasas son factores que aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer.
Se calcula que un 20% de los cánceres de ovario son hereditarios y en su mayoría están asociados a mutaciones de los genes BRCA 1 y BRCA 2. Estos genes forman parte del grupo de “genes supresores de tumores” y contienen la información para la producción de unas proteínas implicadas en la reparación del ADN y por tanto en el mantenimiento íntegro del genoma. Si no ejercen esa acción protectora, el riesgo aumenta.
Si en tu familia tienes antecedentes de cáncer de mama o de ovario, o de ambos, debes informar a tu ginecólogo/a para evaluar el riesgo, él/ella te derivará a una consulta especializada en riesgo oncológico y, a partir de ahí, te indicarán si es necesario realizar controles más frecuentes, un estudio genético para descubrir si en la familia sois portadores de una mutación genética hereditaria y qué estrategia debes seguir. En nuestro centro contamos con una Unidad especializada en Riesgo Oncológico.