A medida que se acerca la fecha del parto, es normal que estés algo más nerviosa, sobre todo si se trata de la primera vez. Cada mujer vive esta experiencia de manera diferente. Pero es importante no tener miedo y estar informada sobre lo que puede suceder durante el proceso, para que puedas tomar decisiones conscientes y sentirte segura. En este post, abordamos los temores más comunes que pueden surgir durante el parto y cómo afrontarlos. Nos lo explica la Dra. Claudia Montero, ginecóloga y obstetra de Dexeus Mujer.
- Miedo al dolor
Las contracciones durante el trabajo de parto pueden ser dolorosas, y es posible que en los días previos las sientas de forma más leve. Sin embargo, existen diversas maneras de aliviar el dolor. Puedes optar por medidas posturales, con o sin la ayuda de una fitball, o recurrir a métodos locales como la aplicación de calor, duchas con agua caliente y aromaterapia. También disponemos de opciones médicas, como la administración de medicación endovenosa o anestesia epidural.
En nuestro centro ofrecemos dos tipos de anestesia epidural: la walking epidural, que reduce la intensidad del dolor mientras permite cierta movilidad en las piernas, y la epidural completa, que bloquea totalmente el dolor. La elección dependerá de tus necesidades y preferencias en cada momento del parto y contarás siempre con el asesoramiento de nuestro equipo médico, compuesto por matronas, ginecólogos y anestesistas.
No es cierto que… necesites una dilatación concreta para solicitar la epidural; en realidad, dependerá de tu umbral de dolor. Sin embargo, para favorecer un parto vaginal se recomienda, en la medida de lo posible, esperar hasta que el trabajo de parto esté bien establecido.
- Miedo a no dilatar lo suficiente
Seguramente has oído hablar del “parto estancado”, pero es importante entender a qué se refiere realmente. Primero, debes saber que cada parto es único: algunos son más cortos, otros más largos, y ambos pueden ser completamente normales.
Hablamos de “parto estancado” cuando, a pesar de estar en trabajo de parto activo y tener contracciones uterinas regulares, no se producen avances en la dilatación. Esta situación puede deberse a varios factores, como contracciones poco efectivas, una respuesta débil a la oxitocina en caso de inducción, una mala posición del bebé en la pelvis materna o una desproporción entre el tamaño del bebé y la pelvis de la madre, entre otros.
¿Cómo se actúa en estos casos? Según la causa que esté frenando la dilatación, tomaremos las medidas más adecuadas para ayudar a que el parto avance. Si, pese a estos intentos, no se consigue progresar, podría ser necesaria una cesárea. En todo momento estarás acompañada y recibirás información clara para que te sientas segura y tranquila.
- Miedo a los desgarros perineales
Los desgarros perineales son más comunes de lo que suele pensarse, especialmente en el primer parto. La mayoría son de primer y segundo grado, mientras que los desgarros más severos, de tercer y cuarto grado, afectan solo a un pequeño porcentaje de mujeres y se conocen como lesiones obstétricas del esfínter anal (OASIS).
Algunos factores aumentan el riesgo, como el primer parto, bebés grandes, partos instrumentados o un periné más rígido. Aunque muchos de estos factores son inevitables, sí podemos anticiparlos y tomar medidas para reducir el riesgo de lesión. Entre ellas, destacan el masaje perineal o la fisioterapia del suelo pélvico durante el embarazo, el uso de compresas tibias en el parto y una adecuada protección del periné.
Es importante saber… la episiotomía no es un procedimiento rutinario, pero en ciertos casos seleccionados puede ayudar a prevenir desgarros más graves. El equipo médico que te acompañe valorará tu situación y te asesorará para garantizar la mejor atención posible.
- Miedo al parto instrumentado
El parto instrumentado es aquel en el que, durante el expulsivo, se requiere el uso de un instrumento como ventosa, fórceps o espátulas para facilitar la salida del bebé a través del canal del parto. Actualmente, su aplicación se limita a casos específicos en los que existe una condición materna o fetal que exige la finalización del parto.
La decisión de recurrir a un parto instrumentado se toma tras una cuidadosa valoración de los riesgos y beneficios en cada situación. Siempre se prioriza el bienestar de la madre y el bebé, y se toma de forma consensuada con la paciente.
Recuerda que… En manos expertas, se trata de un procedimiento seguro que puede evitar complicaciones graves tanto para la madre como para el bebé, permitiendo un desenlace más favorable en determinadas circunstancias.
- Miedo a la pérdida de bienestar fetal
La pérdida de bienestar fetal durante el trabajo de parto ocurre cuando el bebé no recibe suficiente oxígeno a través de la placenta. Esto puede manifestarse con cambios en la frecuencia cardíaca del bebé que podrán ser detectados mediante la monitorización cardíaca fetal.
Cuando se detecta una alteración en el bienestar fetal, el equipo médico implementa medidas inmediatas para mejorar la oxigenación y seguridad del bebé. Estas pueden incluir cambios en la posición de la madre o el uso de medicamentos tocolíticos para reducir las contracciones uterinas y mejorar el flujo sanguíneo. Si estas intervenciones no son efectivas, se puede recurrir a una cesárea urgente para garantizar el nacimiento seguro del bebé.
En resumen: el parto es una experiencia única y su desarrollo implica algunas incertidumbres, pero también es un proceso natural en el que el equipo médico está comprometido a brindarte la mejor atención posible. Desde el manejo del dolor hasta la resolución de posibles complicaciones. “En nuestro centro siempre estarás acompañada por profesionales que velarán por tu bienestar y el de tu bebé. No tengas miedo de hacer preguntas y participar activamente en las decisiones sobre tu parto. Estamos aquí para ayudarte a vivir una experiencia segura y positiva”, explica la Dra. Claudia Montero.