Desde hace unos años, la menopausia ha salido del armario. Las redes sociales han ayudado mucho. Ahora se habla abiertamente, se acepta con naturalidad y se anima a todas las mujeres a ser proactivas. ¿Cómo? prestando más atención a su salud y pidiendo apoyo para tratar los problemas asociados que a veces conlleva. Pero aún existe una cierta confusión sobre cuándo empieza y cuándo se acaba, o qué síntomas se pueden experimentar en cada fase.
Esta falta de precisión se debe a que no se puede determinar con exactitud ni el inicio ni el final de esta etapa en cada mujer. Es un recorrido que puede ser muy distinto de una a otra. No obstante, existen una serie de pautas y de síntomas que son fáciles de detectar y que pueden darnos pistas, explica el Dr. Pascual García Alfaro, responsable de la Unidad de Menopausia de Dexeus Mujer. Si tienes dudas sobre en qué momento vital estás respecto a esta etapa, aquí encontrarás información útil.
Menopausia
En nuestro país la edad media de la menopausia es 51 años, aunque el rango de edad estaría entre los 45 a los 55 años. Pero es un viaje que en cada mujer sigue su propio recorrido. En realidad, el concepto de menopausia en sí mismo es un hecho puntual. Según la OMS, el término “menopausia” significa la pausa o cese definitivo del período menstrual, y es un suceso que se valora de forma retrospectiva, es decir: se puede decir que una mujer ha entrado en la menopausia si lleva 12 meses sin menstruaciones desde que tuvo su última regla. Algunas mujeres tienen la menopausia antes de los 40 años, por lo que se considera que tienen una menopausia temprana anormal, llamada fallo ovárico prematuro (FOP) o insuficiencia ovárica primaria. En el caso de cánceres ginecológicos, la enfermedad y su tratamiento también pueden provocar una menopausia precoz.
Perimenopausia
Pero ¿qué ocurre durante esos 12 meses que van desde la última regla hasta “el inicio oficial” de la menopausia? Según los expertos ese periodo temporal previo sería la perimenopausia. Se caracteriza por un conjunto de cambios endocrinológicos, imprevisibles y variables que pueden provocar diversos desajustes, desde alteraciones en el sueño y sofocos, a cambios de humor, por ejemplo. Pero muchas mujeres empiezan a notar los efectos de los cambios hormonales antes de que se produzca su última regla. Por ello, algunos especialistas denominan también perimenopausia al periodo inmediatamente anterior a la última regla.
Síntomas: pueden aparecer los primeros sofocos y sudores nocturnos. Los períodos menstruales se vuelven más o menos frecuentes, hay más o menos cantidad de sangrado, se producen meses sin regla y, al final, tiene lugar el último periodo. También pueden empezar a aparecer síntomas de atrofia de la piel y las mucosas.
Premenopausia
Se trata de una fase previa a la perimenopausia. Se inicia desde el momento en el que la mujer empieza a perder progresivamente su función ovárica y por tanto desciende la producción de las hormonas femeninas, los estrógenos y progesterona. Es un periodo que puede durar aproximadamente unos 5 años y que puede ser muy diferente en cada mujer. En algunas puede empezar entre los 40 y los 45 años, y en otras al final de la década de los 40, aunque puede ser más corto y precoz en mujeres fumadoras y sujetas a estrés, al igual que en mujeres operadas de útero y ovarios.
Síntomas: puede agravarse el síndrome premenstrual (mastalgia, cefaleas, tensión mamaria), todavía no se producen síntomas vasomotores o son poco marcados (sofocos o sudores nocturnos), los ciclos menstruales son normales, ocasionalmente pueden ser más cortos, aunque la mayoría se produce la ovulación. Sí se pueden detectar problemas de fertilidad.
Postmenopausia
El inicio de la postmenopausia está algo más claro: comienza a partir del año de la última menstruación. Es una larga etapa que llega hasta la vejez y que con el aumento de la esperanza de vida en muchos países representa ya más de una tercera parte de los años de vida de una mujer. Por ello es importante promover cambios positivos en los hábitos y el estilo de vida, con el fin de que se puedan disfrutar con salud. Hay que tener en cuenta que a los cambios que provoca el cese de la función ovárica se suman los del envejecimiento, que aumentan el riesgo de desarrollar algunas enfermedades y trastornos de salud o patologías como el cáncer. Por ello es muy importante que la mujer continúe realizándose revisiones ginecológicas al menos hasta los 70 años de edad y exámenes físicos, pélvicos, colorrectales, de mama y de piel de manera regular.
Síntomas: atrofia vaginal, sequedad de piel y mucosas y de la piel, dolor con las relaciones sexuales, tendencia a ganar peso, ansiedad y depresión, aumento del riesgo cardiovascular, pérdida progresiva de fuerza y masa muscular, disminución de la densidad ósea, problemas de sueño.
Qué hay que tener en cuenta
Según indica el Dr. Pascual García Alfaro para abordar esta etapa es importante tener en cuenta que el deterioro de la función ovárica es un proceso continuo y de varios años de evolución. Por ello, es difícil puntualizar con precisión su inicio o poner límites exactos. «Lo que importa es mantener buenos hábitos de vida y realizar ejercicio regularmente, así como asesorar a las mujeres respecto a los posibles tratamientos, incluido el tratamiento hormonal, ya que no siempre está indicado ni es necesario», indica el Dr. García Alfaro.
En la actualidad se están perfilando algunos marcadores bioquímicos hormonales para disponer de más datos de interés médico y clínico, más que para determinar en qué etapa se encuentra cada mujer. De hecho, el paso de la etapa fértil a la transición de la menopausia puede ser muy sintomático para algunas y sin apenas síntomas para otras, y “no es necesario realizar una analítica hormonal para saber en qué etapa te encuentras», explica la Dra. Antonella de Ponte, especialista en Menopausia y ginecóloga de la Unidad de Ginecología Regenerativa de Dexeus Mujer. Las mujeres suelen notar los signos y síntomas sin un diagnóstico formal de su médico. «Los primeros signos son cambios en los patrones menstruales y la aparición de sofocos, así como sudores nocturnos y dificultad para dormir. Lo importante es que sepan que la mayoría de los síntomas que experimentan son procesos habituales que se pueden tratar y aliviar, para que no afecten a su calidad de vida” añade la Dra. de Ponte.