Las infecciones vaginales son un problema bastante común, que afecta a muchas mujeres en diferentes etapas de su vida. Se calcula que unos 2/3 pueden tener una infección de este tipo al menos una vez. En verano, acostumbran a ser más frecuentes, ya que en esta época del año están presenten más factores de riesgo que pueden alterar el pH de la flora vaginal. Entre ellos se incluye el calor y por tanto la humedad que se genera muchas veces por el contacto con bañadores mojados, las duchas y baños más frecuentes, el exceso de higiene en la zona íntima, el uso de jabones, cosméticos y geles que no sean adecuados, la depilación íntima…  

Sin embargo, también hay una mayor predisposición en etapas que conllevan algunos cambios hormonales, como podría ser el embarazo o la menopausia, por la disminución de estrógenos. Asimismo, los tratamientos con antibióticos son otro factor de riesgo a tener en cuenta ya que puede causar desequilibrios en el pH y por tanto acabar causando la famosa candidiasis post antibiótico. Por otro lado, aunque los síntomas en algunos casos pueden ser parecidos, este tipo de infecciones no deben confundirse con las que afectan a las vías urinarias, también frecuentes. En estos casos, las relaciones sexuales, el uso de espermicidas y los cambios hormonales de la menopausia son factores que aumentan la predisposición.

Aprovechando que falta mu poco para que empiece el verano, la Dra. Elena Murillo, especialista en patologías de la zona vaginal de Dexeus Mujer ofrece algunos consejos útiles para prevenirlas, conseguir que se curen bien y evitar que se repitan con frecuencia.  

Los síntomas de unas y otras, ¿son los mismos ?
No siempre, pero sí pueden confundirse. En el caso de las infecciones vaginales, pueden ocasionar picor, ardor en la vulva y/o aumento o cambios de color/olor en el flujo vaginal. En infecciones de orina, los más habituales son: dolor al orinar, sensación de escozor y necesidad imperativa de ir al lavabo. También en ocasiones se pueden experimentar micciones frecuentes con poca orina, dolor en la parte baja del abdomen o incluso en infecciones más graves observar sangre en la orina. Si la infección es de vías altas, como la pielonefritis, o se complica puede aparecer dolor en la zona de los riñones u otros síntomas generales como fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, náuseas, vómitos y malestar general.

¿Por qué a veces tardan en curarse o se repiten en poco tiempo?
Depende de muchos factores, Hay personas que tienen más predisposición que otras y también que toman menos medidas preventivas. Lo más importante en ambos casos es que te visite un médico para que pueda hacer un diagnóstico lo antes posible y, por tu parte, seguir el tratamiento indicado a rajatabla. A menudo, la causa de que reaparezcan o de que se prolonguen en el tiempo es que no se curan bien. 

¿Se pueden prevenir?
En población general, y para prevenir las infecciones urinarias, se recomienda tomar medidas de higiene urogenital: limpieza perineal correcta, no contener la orina mucho tiempo y vaciar totalmente la vejiga si vamos al baño, corregir el estreñimiento y evitar baños prolongados y jabonosos. En mujeres embarazas, debe hacerse un control regular de infecciones de orina durante todo el embarazo, ya que si no se tratan pueden favorecer partos prematuros y recién nacidos de bajo peso. En el caso de las infecciones vaginales, se aconseja evitar el contacto con el bañador húmedo de forma prolongada, utilizar jabones y geles de pH neutro y ropa interior de algodón, no excederse con la higiene íntima ni los baños en jacuzzis y piscinas, Si tienes la menstruación, cambia con frecuencia la compresa o el tampón, sobre todo si te bañas. Si tienes una infección vaginal, evita en lo posible el uso de tampones y utiliza compresas de algodón.

¿Cómo se tratan?
Las infecciones vaginales se pueden tratar con medicamentos antifúngicos o antibacterianos. Se presentan en diferentes formatos (pastillas, óvulos vaginales, cremas…) A veces basta con una dosis única y otras no. La elección de uno u otro formato depende de cada caso y de la gravedad de la infección. En el caso de infecciones urinarias el tratamiento siempre es con antibiótico. Discernir entre unas y otras es muy fácil, porque existen test rápidos para descartar la infección de orina. Para la infección vaginal habitualmente hay que tomar una muestra celular para determinar la causa y hacer el diagnóstico, con el fin de prescribir el medicamento adecuado.

¿Cuáles se curan más fácilmente?
En general no tienen consecuencias si se tratan bien. La mayoría se curan bien en cuestión de unos 7-15 días.  Las infecciones vaginales puede que los síntomas -como las alteraciones en el flujo- tarden un poco más en desaparecer, porque es necesario dar un poco más de margen para que la flora vaginal se recupere. Por esta misma razón, es posible que te recomienden un tratamiento probiótico en paralelo para regenerarla y fortalecerla. Aunque notes mejoría antes, recuerda que hay que seguir el tratamiento a rajatabla hasta completarlo.

Si estoy de vacaciones y no tengo un centro médico próximo, ¿puedo pedir algún tratamiento en la farmacia?
Es un mal hábito, porque para tratarlas adecuadamente hay que averiguar el tipo de infección, algo que solo puede determinar el médico y que, como ya hemos comentado, a veces requiere análisis clínicos de una muestra de células. Vale la pena desplazarse y pedir cita en un centro de atención primaria, y si es necesario, te derivarán a un especialista. 

En estos casos ¿es conveniente lavar la zona íntima con mayor o menor frecuencia?
Con que te duches una vez al día, preferiblemente por la mañana es suficiente. No conviene exceder los baños. Se aconseja utilizar un jabón de pH neutro adquirido en farmacia, sin perfume y que no produzca mucho jabón, pero no es necesario que uses productos específicos de higiene íntima a no ser que tu ginecólogo /ginecóloga te recomiende algún producto en concreto.

¿Cuánto tiempo hay que esperar para poder volver a mantener relaciones sexuales?
Debes consultarlo a tu médico. En general, la infección remite en cuestión de 7-10 o máximo 15 días, pero como hemos comentado en el caso de las infecciones vaginales es posible que se mantengan algunos síntomas, como los cambios en el flujo vaginal. Lo mejor es hacer un seguimiento médico de control hasta que te den el alta y tu flora vaginal se recupere.