Diari ARA, Suplement Criatures
Hasta muy pasada la segunda mitad del siglo XX la mayoría de parejas no deciden conscientemente cuando forman una familia. Se casan jóvenes y tienen hijos. Es un hecho que sucede sin plantearse alternativas. Pero los tiempos han cambiado y la incorporación de la mujer al mundo laboral es uno de los motivos que ha retrasado la edad de tener hijos. España es uno de los países de la Unión Europea donde las madres tienen más tarde el primer hijo, a los 31,8 años. La mayoría de mujeres llevan a cabo proyectos personales más allá de procrear y posponen la maternidad hasta que ellas deciden.
Ahora se puede esperar y decidir si se quiere tener hijos o no: “La vida pasa muy rápido. A menudo llegan a la consulta mujeres que rondan los 40 y quieren tener hijos. Se les han pasado los años sin darse cuenta”, explica el doctor Carlos Dosouto, médico de endocrinología ginecológica y de reproducción asistida, adjunto del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer. “No creo que haya un reloj biológico, se trata más de un reloj social que depende del entorno, que es el que realmente influencia. Más allá de las mujeres que tienen un deseo intenso de ser madres, hay otras que se cuestionan tener hijos cuando amigos y familia empiezan a tener. Me pregunto hasta qué punto lo desean de verdad o hay una serie de factores que las condicionan”, dice Dosouto. También hay mujeres que a raíz de una crisis existencial cuando rondan los 40 se empiezan a plantear la necesidad de dejar descendencia. Otras llegan a la consulta con sentimiento de culpa, por haber vivido infinidad de experiencias y habérselo pasado muy bien, pero dudan si serán mujeres completas si no son madres.
Construcción social
Desde la antropología la explicación del ciclo vital se piensa como una construcción social que no tiene que ser igual en todas las culturas. Hay mujeres que sienten el reloj biológico, la necesidad de tener hijos a la edad que socialmente se considera adecuada para hacerlo. Desde el grupo de investigación AFIN (Familias e Infancia) de la UAB se plantean por qué y en qué momentos lo sienten: “Después de entrevistar 21 parejas heterosexuales con una relación estable de larga duración hemos visto que hay mujeres que han sentido la necesidad y las ganas de tener hijos, a pesar de que no lo describen como un llamamiento del cuerpo que no pueden escoger. A raíz de esta necesidad deciden dejar de tomar medidas anticonceptivas para tener estos hijos que desean”, explica la antropóloga Morena Álvarez, miembro del grupo.
Lou tiene 45 años. No tiene hijos ni ha querido tener nunca. ¿Y el reloj biológico? “Si es cierto que existe, el mío está estropeado -dice haciendo broma-. No es que no me gusten los niños, me encantan los de los otros y me lo he pasado muy bien con mis sobrinos, he disfrutat haciendo de tieta, pero nunca he tenido la necesidad de tener mis propios hijos”, explica Lou. Hace más de diez años que tiene una pareja. Su compañero tiene una hija (20) de una relación anterior. Reconoce que esto le ha sacado un peso de sobre, porque si hubiera sido por él habrían tenido, pero el hecho que hubiera cubierto esta parcela, y que ella se lo dejara muy claro desde un principio, ha hecho que no amplíen la familia. Siempre se ha traído bien con la chica: “No le he hecho de madre porque ya tiene su madre y tampoco lo he necesitado. En general todo el mundo cree que tienes que tener hijos. A menudo la gente es pesada diciéndote que no sabes el que te estás perdiendo o que eres una egoísta. No siento que haya renunciado a nada y todavía menos que haya sido una elige para no perder mi libertad”, explicaLou.
Admite que al sobrepasar los 40 se planteó qué pasaría si todos tenían razón y se daba cuenta demasiado tarde, pero la duda duró tres segundos. “Ahora que muchos dirían que se me ha empollado el arroz todavía estoy más contenta sabiendo que he hecho el que siempre había querido”, dice satisfecha. La antropóloga explica que la maternidad se había considerado tradicionalmente como un mandato: “Esto está cambiante, a pesar de que es cierto que a partir de los 30-34 si no tienes hijos la pregunta es constante, especialmente a las mujeres. Lo más curioso es que a las madres no se les pregunta por qué los han tenido”, comenta Álvarez.
Relojes invisibles
Gloria es madre. Dice que nunca sintió el reloj biológico: “Aunque no descartaba tener hijos, creía que había otras cosas que me llenaban para ser feliz, no tenía la necesidad de ser madre para sentirme realizada como mujer”, admite. Nunca hacía mucho caso a los bebés hasta que cogió en brazos el hijo de una amiga ahora hace 5 años y le despertó una ternura que no había sentido antes. Por primera vez pensó que podría estar bien tener hijos. Entonces tenía 37 y no tenía pareja. A partir de entonces cuando salía con alguien sí que se planteaba si tendría descendencia con aquel chico. Tener hijos nunca había sido su objetivo, no buscaba alguien para convertirse en madre, pero cuando conoció el padre de su hijo todo cambió. “Era una experiencia vital realmente importante para él, siempre había tenido claro que quería ser padre”. Sabían que con las edades que tenían no se podían encantar y el ginecólogo le recomendó que si lo tenía claro se espabilara. “Catorce meses después de estrenarnos como pareja ya estaba embarazada”, explica.
¿Para cuándo? Para ahora
El hecho que los anticonceptivos permitan separar sexo de reproducción hace que las personas puedan decidir cuando quieren ser padres. Además, las técnicas de reproducción asistida permiten que se puedan tener hijos más tarde, asumiendo las dificultades de embarazo que a veces este retraso puede suponer. En nuestra sociedad la edad habitual para tener hijos es alrededor de los 30, a pesar de que se está atrasando, de forma que la edad considerada biológicamente adecuada para tener hijos y la edad social no coinciden. Hay parejas que posponen la maternidad confiando que se pondrán y será rápido, pero la biología no funciona así, tener un hijo es bastante más complejo. Hay un exceso de confianza en la medicina y las técnicas de reproducción asistida, a pesar de que las tasas de éxito no son del 100%. El doctor Dosouto cree que este optimismo es fruto del desconocimiento de los procesos y del hecho que las referencias que se tienen son de los que finalmente tienen hijos. “Mayoritariamente son procesos que se esconden, por eso no sabemos nada de los otros, los que se quedan por el camino”.
A favor de la normalización de la no maternidad
Nos fijamos en un fragmento del libro 'No madres. Mujeres sin hijos contra los tópicos', de María Fernández-Miranda (Plaza y Janés, 2017): “Si la maternidad no era el gran objetivo de mi vida ni siquiera a aquellas alturas (36 años), por qué después me sometí voluntariamente a la tortura de pasar por siete fecundaciones in vitro?”, se pregunta la periodista Fernández-Miranda. En este libro la autora explica su historia y la otras mujeres que han llegado a la no maternidad por decisión propia, cuestiones biológicas u otros tipos.
La explicación antropológica
Antropológicamente el concepto de reloj biológico es una manera de explicar el ciclo vital y se utiliza para describir cuando se considera adecuado tener hijos. En función del contexto social en que nos encontramos la cifra varía. Hay culturas donde se piensa que a partir de los 30 años -y cada vez más cuando se acercan los 40-es un buen momento para tener descendencia. En cambio en otras culturas consideran que a estas edades los padres son ya demasiado mayores y que los 15 o 20 años son las edades ideales. En Cataluña son los hombres los que habitualmente hacen referencia al reloj biológico de sus parejas para motivar la decisión de tener un hijo, mientras que las mujeres hablan más de necesidad, ganas o ilusión de tener hijos.